La revuelta que pudo cambiar la Historia

Los Maldonado de Salamanca y la tibieza de Ávila

Junto a los Maldonado destacaron Diego de Guzmán, el comendador de la Orden de San Juan, Diego de Almaraz, y el cintero Pedro Sánchez. Algo más tibio fue el levantamiento en Ávila.

Enrique Berzal / RTVCYL
Salamanca, ciudad en la que el hálito comunero prendió eficazmente desde 1519, tendrá en Francisco y Pedro Maldonado sus líderes más destacados, y el común, donde sobresalió sin duda el famoso pellejero Juan de Villoria, llegó a expulsar a los caballeros de la ciudad y a incendiar la casa del arzobispo de Santiago. Junto a los Maldonado destacaron en la Junta comunera salmantina el hacendado Diego de Guzmán, el comendador de la Orden de San Juan, Diego de Almaraz, y el cintero Pedro Sánchez. Algo más tibio resultó el levantamiento comunero en Ávila, donde la exaltación fue obra del común y encontró su freno más eficaz en los nobles. De hecho, aunque los juramentados en Comunidad trataron de derribar las casas de dos de ellos, Antonio Ponce y, sobre todo, Diego Hernández Quiñones, procurador que había votado el servicio en las Cortes de Santiago-La Coruña, no lo consiguieron. Entre los personajes abulenses más comprometidos con las Comunidades destacaron, aparte del regidor Suero del Águila, el deán del cabildo, Alonso de Pliego, el arcediano Vicente de Villalba, el también regidor Sancho Sánchez Cimbrón, el procurador Gómez Dávila, el alcalde, Gil González Dávila, Álvaro de Bracamonte y García de Henao. Sin embargo, como señalan diversos especialistas, los abulenses se mantuvieron unidos a Burgos y su intención fue siempre presentar reivindicaciones sin enfrentarse al poder real. En febrero de 1521, la ciudad estará prácticamente perdida para la causa comunera.