La jornada de huelga en Salamanca ha transcurrido con bastante tranquilidad y "civismo" tal y como destacó el presidente de la Asociación de Empresarios del Comercio, Benjamín Crespo, quien agradeció que la labor informativa de los piquetes sindicales no produjera incidentes pese al "notable" descenso en las ventas durante las primeras horas de la jornada.

Donde sí se vivieron momentos de tensión fue a las puertas de Salamanca de Transportes, la empresa que gestiona los autobuses urbanos de la capital charra. Allí se produjeron forcejeos entre cuerpos de seguridad y manifestantes ante la negativa de éstos a dejar circular a los servicios mínimos (un autobús por trayecto) tal y como se había decretado previamente.

Al contrario de lo sucedido el pasado mes de marzo durante el anterior paro, el turno de noche del servicio de recogida de basuras (el primero afectado por la huelga) sí se vio afectado por las protestas sindicales, que también impidieron la correcta salida de los servicios mínimos, una circunstancia que ha obligado al Ayuntamiento de Salamanca a establecer una brigada especial de limpieza a lo largo de la tarde.

Contenedores ardiendo y detenciones

Tras finalizar las protestas en los polígonos, buena parte de la representación sindical se dirigió al centro de la ciudad caminando, lo que provocó cortes de circulación en alguna de las principales vías de la ciudad. Fue al paso de la comitiva por el paseo de Canalejas cuando se llegaron a incendiar dos contenedores.

Los bomberos sofocaron las llamas con rapidez por lo que no hubo que lamentar más daños y apenas hubo que detener unos minutos el tráfico, denso por los cortes previos. La otra nota negativa de la jornada fue la detención de dos hombres que se enfrentaron a la policía cuando un piquete instaba al propietario de un local de ocio nocturno a cerrar en solidaridad con los huelguistas. Tras lanzar un teléfono móvil contra uno de los agentes, fueron arrestados.

Ya en el centro, y tras recorrer las arterias comerciales más importantes de la ciudad sin que se produjeran incidentes, los piquetes se desplazaron hasta la estación de autobuses en la que constataron que los conductores de las rutas con origen o destino en Salamanca llevaban en regla la documentación que les facultaba para circular como servicios mínimos. El Campus, situado a escasos metros, fue el siguiente objetivo. UGT y CCOO acompañados por representantes vecinales de Fevesa se dedicaron a informar a los alumnos que horas antes habían tenido alguna dificultad para acceder a la Facultad de Ciencias Sociales debido a una sentada reivindicativa que no provocó incidentes ni alteró el ritmo normal de las clases, una situación que también se dio en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Desde la zona universitaria, el grueso de sindicalistas se desplazó hasta El Corte Inglés, ocasionando de nuevo problemas de tráfico en la Plaza de España en la hora punta de circulación. Medio millar de personas se apostó frente a la entrada principal del centro comercial, que como medida de prevención decidió cerrar una de sus dos puertas tras una charla entre la dirección y algunos representantes de los trabajadores.

La protesta sindical, a la que se sumó en el último tramo una representación de estudiantes incrementando el número de efectivos hasta superar el millar, terminó en la Plaza Mayor a la espera de la manifestación que esta tarde recorrerá desde el ágora las principales calles de Salamanca.