La Semana Santa de Valladolid, de interés turístico internacional, ha cumplido con la tradicional liberación del preso en el Jueves Santo, intercesión que la Cofradía de la Piedad realiza desde los años cuarenta, sin que ninguna de las decenas de indultados haya reincidido.
Así lo ha explicado Santiago Temprano, hermano mayor de la Cofradía, intercesora desde esa década del siglo pasado por la liberación de un preso o varios y que antes de esos años ya acompañaba a los que iban a ser ejecutados en su última noche.
En la última década han sido una veintena los indultados por la plegaria de la cofradía, el último el de esta Semana Santa, el joven M.S.C al que le restaba por cumplir una pena de 3,5 años por un delito de menudeo de droga, que está reinsertado, con el apoyo de su familia y un negocio.
El joven, ataviado con el hábito y el capirote de la Cofradía, en tela negro mate con cruces en fieltro rojo, ha empujado con otros cofrades la imagen de la Virgen de la Quinta Angustia, también llamada "La Piedad", de Gregorio Fernández que data de 1625, en un momento de especial emoción compartido por cientos de fieles en una tarde fría y soleada.
Sólo el hermano mayor, la vicesecretaria de la cofradía y un policía conocen la cara del indultado, al que se ha llevado el hábito a la Audiencia Provincial, desde donde se ha incorporado al recorrido de la procesión, que ha arrancado a las 18.30 horas de la iglesia de Santa María de la Antigua.
"Creemos que estamos haciendo lo correcto", ha argüido Temprano, quien ha recordado la importancia del perdón y se ha referido a las historias que hay detrás de los presos indultados. "Historias que pasan en la vida", muchos de ellos "por cosas que se sienten obligados a hacer y que no querían hacerlas".
La intercesión de la cofradía, con informe previo de instituciones penitenciarias y el correspondiente indulto especial del Gobierno, siempre es por personas que "pueden ser reinsertadas y que no van a dar problemas", con delitos a sus espaldas de drogas o estafas, sin muertes en sus antecedentes.
Tal es así, que Santiago Temprano ha asegurado que "ninguno de los indultados ha vuelto a reincidir", y eso que su papel caritativo no se reserva sólo al Jueves Santo sino que se extiende a lo largo del año, con la previsión de que en unos tres meses "otra persona esté en la calle".
El indulto de presos se remonta al año cuarenta cuando salieron varias decenas de penados, por orden gubernamental, y que eran los tradicionales "roba gallinas o levanta carteras", ha referido Temprano.
La cofradía acompañó en su última cena a los dos últimos ejecutados en Valladolid e incluso se encargó de dar sepultura a uno de ellos, del que la familia "no quiso saber nada".
Esta medida de gracia se solicita en toda España por parte de las cofradías, quince en todo el territorio con cuatro indultados en Castilla y León en esta Semana Santa, para aquellos reos que cumplan los requisitos de indulto ordinario, que requiere que estén cumpliendo condena y concurran razones de justicia, equidad o utilidad pública.
Hace una década, en la Semana Santa del 2000, se recuperó que el preso participara en la procesión de Penitencia y Caridad, que data de 1927, en una tradición que se perdió cuando en 1984 la cárcel de Valladolid se trasladó de la capital a la localidad de Villanubla, y que se interrumpió también con La República.