Miles de personas arroparon, con sol pero con frío, la salida del Santísimo Cristo de la Luz del Palacio de Santa Cruz, sede de la Cofradía del mismo nombre que cuenta con 350 miembros. Pasados diez minutos de la hora prevista, los costaleros agachados, algunos de ellos descalzos, sacaban al Cristo crucificado del lugar ante la mirada emocionada de numerosos vallisoletanos que le acompañaron durante su recorrido.
Este año, el Cristo, obra de Gregorio Fernández de 1630, estuvo acompañado, además del Coro de la Universidad de Valladolid, por la Banda Municipal y por un grupo de gaiteros que desde la Casa de Galicia, situada enfrente del Palacio de Santa Cruz, tocaron una pieza para el Santísimo.
Además, entre los cofrades, de distintas edades y vestidos en diferentes colores, se encontraba el rector de la Universidad de Valladolid, Evaristo Abril, y la concejala de Cultura del Ayuntamiento, Mercedes Cantalapiedra.
A partir de ese momento, el Cristo de la Luz, adornado con iris violetas, y portado por 16 cofrades de la Hermandad Universitaria comenzó su periplo por la capital vallisoletana, en una de las procesiones más populares de la Pasión de la capital, declarada de Interés Turístico Internacional.
Los balcones de los alrededores fueron también los lugares escogidos por los fieles para contemplar este paso al que le precedió un cortejo que encabezaron una cruz y dos cirios, así como el estandarte de la Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz. También asistieron los representantes de los colegios universitarios que siguieron su recorrido por la calle Librería hacia la Plaza de la Universidad.
En este lugar, frente al edificio de la Facultad de Derecho, se celebró el habitual acto de homenaje de los estudiantes a la sagrada imagen. Posteriormente, el Santísimo Cristo de la Luz enfiló las calles López Gómez, Núñez de Arce y Cascajares hasta la catedral de la ciudad, donde se rezó un Vía Crucis. Posteriormente, continuó su recorrido hasta el Palacio de Santa Cruz.
La obra, fechada entre 1630 y 1636, y con más de 1,70 metros de longitud, el Cristo volvió a sobrecoger con su agónica expresión, los regueros de sangre que pueblan su cuerpo, sus dientes de marfil, sus uñas y su corona de espinas naturales, que le confieren un verismo abrumador.
La Hermandad de El Cristo de la Luz, que organiza esta procesión, se fundó en 1941 cuando el entonces rector de la Universidad de Valladolid, Cayetano Mergelina, propuso crear una nueva cofradía con docentes y alumnos del Colegio Mayor Santa Cruz. Tras una etapa de decadencia en los años 60, que incluso llevó a suspender su salida en 1965, la agrupación recuperó en 1992 su presencia en la Semana Santa vallisoletana.