SURCOS | REPORTAJE

Castilla y León pierde 1.000 granjas de leche en 12 años

El sector lácteo enfrenta una crisis de cierres masivos mientras crece el consumo y las industrias presionan para bajar el precio de la leche en plena renovación de contratos

Cristina Carro

El sector del vacuno de leche en España atraviesa uno de sus momentos más críticos. A una semana del vencimiento de la mayoría de contratos entre ganaderos e industrias, las negociaciones están marcadas por la tensión y la incertidumbre sobre el futuro de un sector en retroceso.

Castilla y León, en primera línea de la crisis

Las cifras hablan por sí solas: en Castilla y León quedan 617 ganaderos de vacuno de leche, frente a los 1.600 que había hace apenas una década. Mil granjas han desaparecido en 12 años, una sangría que se reproduce a nivel nacional, donde cada año cierran entre 600 y 700 explotaciones.

A pesar de la reducción de productores, hasta ahora los que permanecían habían logrado mantener o aumentar la producción. Sin embargo, ese modelo ha llegado a su límite: en 2025 España producirá menos leche que en 2024, en un contexto donde el consumo de productos lácteos crece impulsado por el aumento de población.

La paradoja del mercado lácteo español

España consume alrededor de 10,5 millones de toneladas de productos lácteos al año, pero solo produce algo más de 7 millones. El déficit, que supera los 2,5 millones de toneladas, debe cubrirse con importaciones. Pese a ello, la industria láctea española mantiene presiones a la baja sobre los precios, aprovechando la coyuntura de crisis de productos industriales en Europa.

El precio del litro de leche pagado al ganadero ha oscilado en 2025 entre los 50 céntimos de principios de año y los 53 céntimos actuales. Son cifras que el sector considera rentables, pero que advierten no pueden descender si se quiere evitar el colapso definitivo.

Relevo generacional y reconversión al sector cárnico

Con una edad media de 57 años, la falta de relevo generacional es otra de las amenazas que se cierne sobre el sector. Además, el atractivo precio de la carne está llevando a muchos ganaderos lácteos a reconvertirse, vendiendo sus vacas para producción cárnica o utilizándolas como nodrizas.

Desde Agaprol, la Asociación de Productores Lácteos, lanzan una advertencia: "O estabilizamos el precio y damos rentabilidad adecuada a los que han decidido quedarse, o en muy poco tiempo habrá más industrias que ganaderos".

La contradicción resulta evidente: mientras la industria realiza inversiones millonarias para aumentar su capacidad de procesado —como los 200 millones de litros adicionales que requerirá una nueva planta en La Coruña—, las políticas de precios están acelerando el cierre de las explotaciones que deberían suministrar esa materia prima.