'Balada triste de trompeta'

"Es complicado interpretar el universo personal de De la Iglesia. Es intimista incluso cuando lo comparte. Son sus demonios, sus pesadillas de antaño, un mensaje de sangre y de rabia que salpica, rozando a veces el gore."

José S. Isbert / rtvcyl.es

Puntuación: 6/10

  • Película: 'Balada triste de trompeta'
  • Dirección: Álex de la Iglesia
  • País: España
  • Año: 2010
  • Duración: 108 min
  • Género: Comedia dramática
  • Interpretación: Carlos Areces (Javier), Carolina Bang (Natalia), Antonio de la Torre (Sergio), Manuel Tallafé (Ramiro), Fernando Guillén Cuervo (capitán miliciano), Enrique Villén (Andrés), Santiago Segura (padre del payaso tonto), Sancho Gracia (coronel Salcedo), Juan Luis Galiardo (Ring Master), Manuel Tejada (jefe de pista), Gracia Olayo (Sonsoles). Producción: Gerardo Herrero y Mariela Besuievsky.
  • Música: Roque Baños
  • Fotografía: Kiko de la Rica
  • Montaje: Alejandro Lázaro
  • Distribuidora:: Warner Bros. Pictures International España

"El camino del odio sólo conduce a la amargura. La venganza nos destruye. Perdonar, comprender y sonreír, sobre todo a nosotros mismos, es la vía de la concordia, la única que nos humaniza."

En esta ocasión quisiera hacer un inciso sobre las peculiares circunstancias de Alex de la Iglesia, presidente en activo de la Academia. Es víctima de las intrigas de Palacio, las tendencias y chaquetas trastocadas. Al contrario, he leído sobre su trabajo ensalces desorbitados, babeos empalagosos y servilismo a raudales. Sustituir a Ángeles González Sinde de la presidencia de la Academia que fundó su padre no resulta fácil a nadie. La conocí cuando ejercía; nos vimos un par de veces a propósito de mi madre. En todo momento se mostró competente y cariñosa. Tratándose de mi madre son cosas que yo no olvido. Aquí y ahora la mando un beso muy fuerte.

Es complicado interpretar el universo personal de Alex de la Iglesia con sus disparidades. Es intimista incluso cuando lo comparte. Son sus demonios, sus pesadillas de antaño, un mensaje de sangre y de rabia que salpica, rozando a veces el gore.

Le prefiero, y de lejos, como realizador que como guionista. Sus guiones definen más su mundo torturado que su talento acreditado. Cuando adapta el trabajo de escritores profesionales el resultado es otro. Si comparo (odiosa tarea) 'El Día de la Bestia', cuyo guión es suyo, con 'Los Crímenes de Oxford', basado en la soberbia novela de Guillermo Martínez, el examen es humillante. Muchos son los llamados y pocos los elegidos.

'Pan negro', el ganador de los Goya de este año tiene un guión de antología, basado en la novela de pura relojería de Emili Teixidor. Lo dicho…

Por otra parte, utilizar como trastienda lo "políticamente correcto" o sea, el maniqueísmo de los "buenos y de los malos" cuando se aborda el delicado tema de la guerra civil (los "buenos" son ahora los republicanos), me resulta cómodo en exceso. Histórica e intelectualmente hablando es poco honesto, aunque componga con lo que esté de moda.

Nuestra Guerra Civil fue un compendio de abominaciones. En muchas familias, como en la mía, se encontraron geográficamente miembros en ambos bandos. Ha sido "el Infierno" de Dante en su interpretación más azarosa. No me siento capaz de utilizarlo para fines comerciales.

La fotografía es buena (gracias, Kiko), así como los decorados, vestuario y maquillaje. La iluminación es notable. La música de Roque Baños acertada e inspirada como de costumbre.

Hablemos de la interpretación ahora, con sus más y con sus menos. Santiago Segura (el padre del payaso tonto) está sublime. Es uno de esos actores que atraen el foco y el objetivo con su magnetismo. La interpretación de Carlos Areces, (Javier, el payaso tonto) es irregular, mejorando a medida que se identifica con su personaje. Está impecable en las escenas finales.

La bellísima Carolina Bang (Natalia) da ricos colores a su trapecista. No exagera, llorando cuando ríe con el alma desgarrada. Antonio de la Torre (Sergio) expresa con naturalidad su contradicción entre su amor-pasión y la violencia que lo nutre. Su brutal machismo hace sufrir porque padece, apiadándonos incluso.

Mención especial para los actores que interpretaron los papeles secundarios. Como acostumbran, brillaron sin excepciones.