El escritor y académico Luis Mateo Díez ha criticado este martes a los tertulianos "periquitos", capaces de hablar durante "todo el día del bien, del mal, de esto y de lo otro", y que han robado el sitio a los profesionales de la información en los medios.
Previamente a su participación en el filandón literario "Letras en la nieve" en el municipio leonés de Ponferrada junto con José María Merino y Juan Pedro Aparicio, el escritor leonés (Villablino, 1942) ha reconocido que procura no oír estas tertulias, pues salvo "honrosísimas excepciones" de grandes periodistas capaces de hacer análisis complejos de la realidad, no le aportan nada.
"Los que sabemos poco no podemos aguantar a los que son unos periquitos capaces de hablar del bien, del mal, de esto y de lo otro", ha aseverado Luis Matro Diez, quien ha subrayado que las grandes conversaciones no se producen ni en la radio ni en la televisión, sino en la vida privada.
Otro de los tres escritores participantes en el filandón de esta tarde en la biblioteca municipal de Ponferrada, Juan Pedro Aparicio, ha afirmado que la televisión ha sido la responsable de la desaparición de "lo que era tradicional" y que, por ello, con encuentros como el de esta tarde pretenden hacer un homenaje a ese patrimonio perdido.
Pequeñas píldoras literarias
Si bien en los inviernos de antaño los habitantes de los pueblos de la provincia leonesa se reunían con el pretexto de hilar para hacer filandones en los que contar narraciones populares de amor, hambrunas, fantasmas, leyendas o romances, este martes estos escritores se subirán al escenario para contar al auditorio microrrelatos procedentes de sus "distintos" universos literarios.
Así lo ha destacado José María Merino, quien ha detallado que en estas veladas literarias charlan, leen y cuentan sus historias en medio del clima de complicidad, amistad y paisanaje que envuelve a estos autores, que ya han trasladado la vieja costumbre del filandón a países como Inglaterra, Serbia, Colombia o Estados Unidos.
Tomando como marco de referencia esta costumbre tradicional, han creado una fórmula en la que, a partir de "pequeñas píldoras literarias", transmiten a su auditorio desde invenciones surrealistas hasta cuentos expresionistas, trágicos o divertidos.
"Somos una suerte de cómicos de la lengua", ha bromeado Díez, que ha explicado que el hecho de que las historias que cuentan sean cortas les permite exhibir una gran variedad de relatos y dota de "versatilidad" a su espectáculo.
Juan Pedro Aparicio, por su parte, ha incidido en que, en este mundo moderno en el que las personas van "muy deprisa", es curioso cómo tienen un éxito creciente dos formatos como la gran novela histórica y los microrrelatos, que son "quizá los dos extremos" de la composición literaria, pero que se "acomodan muy bien" en estos tiempos.