Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil

Merino, José María

En su obra intenta explorar los recovecos de la memoria. Sus novelas y sus cuentos transitan por los borrosos límites que separan la realidad de la ficción, la vigilia del sueño.

José María Merino (La Coruña, 1941). Su familia muy pronto se traslada a León. Esa gélida infancia leonesa cristalizará años después en el libro Intramuros (1998).

Merino estudia Derecho en Madrid e ingresa en el cuerpo de funcionarios del Ministerio de Educación. Colaborará durante años con la UNESCO, lo que le pondrá en contacto con la fascinante realidad hispanoamericana, que dejará honda huella en algunas de sus novelas.

Comenzará escribiendo poesía de raíz autobiográfica (El sitio de Tarifa, 1972), pero pronto se decantará por la narrativa. En 1976, con Novela de Andrés Choz, gana el Premio Novelas y Cuentos; en esta obra ya se apunta esa inclinación hacia la metaficción que constituye uno de los ejes de su obra. Merino forma parte de ese grupo de escritores leoneses que, a mediados de los setenta, recuperaron los procedimientos clásicos para contar historias con personajes y argumento, lejos de los excesos del experimentalismo, aunque, por otro lado, asimilaron todas las técnicas modernas y las incorporaron, sin estridencias, a su narrativa, consiguiendo así una síntesis entre tradición e innovación. Junto a Juan Pedro Aparicio y Luis Mateo Díez creó el apócrifo Sabino Ordás. También en colaboración con Aparicio realizará Los caminos del Esla (1980), un viaje por este río leonés.

El caldero de oro (1981), La orilla oscura (1985, Premio de la Crítica) y El centro del aire (1991) integran el ciclo de las novelas del mito. Las visiones de Lucrecia (1996) nos transporta al oscurantismo de la España imperial, mientras Los invisibles (2000) supone la apuesta más radical del imaginario fantástico de su autor. El heredero (2003) deja ver algunos de los logros y márgenes de su práctica narrativa.

Merino ha practicado con pasión y buenos resultados el relato breve y ha reunido una buena parte de ellos en Cincuenta cuentos y una fábula (1997). Además, ha preparado las antologías Cien años de cuentos (1998) y Leyendas españolas de todos los tiempos (2000). Cuatro nocturnos (1999) alberga otras tantas novelas cortas.

En el ámbito de la literatura juvenil Merino ha cosechado, quizás, sus mayores éxitos: Las crónicas mestizas es una trilogía sobre la conquista de América (1992, que reúne: El oro de los sueños, 1986; La tierra del tiempo perdido, 1987; y Las lágrimas del sol, 1989). Con No soy un libro (1992) ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Entre sus últimas publicaciones, encontramos nuevas colecciones de relatos y Ficción continua (2004), que es una aproximación teórica a la literatura, fruto de su experiencia como lector y narrador. En 2006, ganó el Premio Torrente Ballester por su obra El lugar sin culpa.

José María Merino intenta explorar los recovecos de la memoria, atrapar la identidad resbaladiza de los individuos en tiempos de crisis permanente y analizar "la tensión entre el autor y su obra, desde la intuición de que las palabras siguen siendo el elemento creador o destructor del mundo y no su mero reflejo". Sus novelas y sus cuentos transitan por los borrosos límites que separan la realidad de la ficción, la vigilia del sueño.

Es presidente honorífico de La Fundación del Libro Infantil y Juvenil Leer León y fue elegido académico de la Real Academia Española en marzo de 2008, en sustitución de Claudio Guillén, ocupando el sillón m.

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NARRATIVA

  • Novela de Andrés Choz (1976). Editorial Magisterio Español. (1987). Mondadori.
  • El caldero de oro (1981). Alfaguara.
  • Cuentos del reino secreto (1982). Alfaguara.
  • La orilla oscura (1985) Alfaguara.
  • Artrópodos y Hadanes (1987). Almarabú.
  • El viajero perdido (1990). Alfaguara.
  • El centro del aire (1991). Alfaguara.
  • Las palabras del mundo y otros relatos (1991). Compañía Europea de Comunicación e Información.
  • Cuentos del Barrio del Refugio (1994). Alfaguara.
  • Las visiones de Lucrecia (1996). Alfaguara.
  • Cincuenta cuentos y una fábula (1997). Alfaguara
  • Cuentos (1997). Alianza Editorial.
  • Cuentos de la calle de la Rúa (1997). Editorial Popular. Juan Pedro Aparicio Fernández, Luis Mateo Díez y José María Merino.
  • Intramuros (1998). Edilesa. (2004). Anaya. Memorias noveladas.
  • Cuentos del reino secreto (1998). Ediciones Alfaguara.
  • Cuatro nocturnos (1999). Alfaguara. Novelas cortas.
  • La casa de los dos portales y otros cuentos (1999). Octaedro.
  • Los narradores cautivos (1999). Alfaguara. Con Jesús Felipe Martínez y Antonio Martínez Menchén.
  • Cuentos (2000). Castalia.
  • Los invisibles (2000). Espasa-Calpe.
  • Las novelas del mito (2000). Reúne El caldero de oro, La orilla oscura y El centro del aire.
  • Días imaginarios (2002). Seix Barral.
  • El heredero (2003). Alfaguara.
  • Cuentos de los días raros (2004). Alfaguara.
  • Cuentos del libro de la noche (2005). Alfaguara. 85 microrrelatos con ilustraciones del propio autor.
  • Tres semanas de mal dormir (2006). Seix Barral.
  • Relatos para leer en el autobús (2006). Alfaguara.
  • El lugar sin culpa (2007). Alfaguara.
  • Palabras en la nieve: un filandón (2007) Rey Lear. Con Juan Pedro Aparicio y Luis Mateo Díez.
  • Las puertas de lo posible (2008). Páginas de espuma.
  • La sima (2009). Seix Barral.
  • Historias de otro lugar (2010). Alfaguara.

INFANTIL Y JUVENIL

  • El oro de los sueños (1986). Salvat. (1994). Santillana. (1997). Alfaguara.
  • La tierra del tiempo perdido (1987). Alfaguara. (1994). Santillana.
  • Las lágrimas del sol (1989). Alfaguara.
  • Las crónicas mestizas (1992). Alfaguara. Reúne la trilogía americana: El oro de los sueños, La tierra del tiempo perdido y Las lágrimas del sol.
  • No soy un libro (1992). Siruela.
  • La edad de la aventura (1995). Altea.
  • El cuaderno de hojas blancas (1996). Anaya.
  • Regreso al cuaderno de hojas blancas (1998). Anaya.
  • La memoria tramposa (1999). Edilesa. Cuento.

POESÍA

  • El sitio de Tarifa (1972). Helios.
  • Cumpleaños lejos de casa (1973). Diputación de León.
  • Mírame, Medusa y otros poemas (1984). Endymion.
  • Cumpleaños lejos de casa. Obra poética completa (1987). Endymion. (2006). Seix Barral.

OTRAS

  • Parnasillo provincial de poetas apócrifos (1975). Papalaguinda. (1998). Endymion. (2004). El Búho Viajero. Con Agustín Delgado y Luis Mateo Díez.
  • Los caminos del Esla (1980). Everest. (1995). Edilesa. Libro de viajes. Con Juan Pedro Aparicio.
  • Silva leonesa (1998). Instituto Leonés de Cultura. Colección de artículos.
  • Cien años de cuentos (1898-1998) (1998). Alfaguara. Selección y prólogo.
  • Leyendas españolas de todos los tiempos (2000). Ediciones Temas de Hoy.
  • Las cenizas del Fénix. Sabino Ordás (1985). Instituto Leonés de Cultura. (2002). Calambur. Con Juan Pedro Aparicio y Luis Mateo Díez.
  • Días imaginarios (2002). Seix Barral.
  • Ficción continua (2004). Seix Barral. Ensayo.

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El despistado (uno)

El avión ha aterrizado, han parado los motores, ya se apagó la señal que obligaba a usar el cinturón. Sin embargo, nadie se levanta. No comprendo cómo los demás no tienen ganas de abandonar este sitio después de haber experimentado el horroroso vuelo, los ruidos extraños, la explosión, el humo espeso, el terrible zarandeo. Me levanto yo, abro el maletero, saco mi cartera, mi abrigo. Acabo de descubrir que todos me están mirando. De repente me señalan y se echan a reír con una carcajada extraña, una carcajada que parece llena de dolor, y aquí estoy yo con la cartera en una mano y el abrigo en la otra, sin enterarme de lo que sucede.

Extravío

El expreso Madrid-París ha aparecido esta madrugada en un pequeño apeadero extremeño, muy lejos de su ruta. Todo el convoy está vacío, desde la cabina de la máquina hasta la última litera, y se desconoce el paradero de las más de doscientas personas que viajaban en él. Tampoco se han encontrado sus equipajes. En los cristales de puertas y ventanas, en los espejos de los lavabos, en la superficie de las mesitas, en la moqueta del suelo, con lápiz labial, con bolígrafo, con rotulador, con chocolate, muchas manos, ancianas, maduras, infantiles, han escrito la palabra Aldebarán.

Usted no sabe con quién está hablando

Claro que lo sé. Le he seguido muchas veces. Sé dónde vive, a qué horas lo recoge su conductor, qué restaurantes frecuenta, dónde se reúne, a espaldas de sus socios, con los que quieren apoderarse de la empresa. Como sé que muchas noches recorre este callejón a escondidas, para encontrarse con su amante. Ahora en este lugar oscuro, cuando me he acercado y le he interpelado con voz segura y burlona, ha manifestado su miedo con esa frase manida y prepotente. Claro que sé con quién estoy hablando: estoy hablando con el hombre al que voy a matar.

Revelación

Siempre me pareció que tenía algo de pájaro: la manera de mover su pequeña cabeza, con sacudidas suaves, la forma de mirar un poco de lado, los breves gestos mudos con que a menudo separaba y juntaba los labios, como un piquito. Cuando nos casamos, la intimidad de cada jornada me daba nuevas muestras de su aspecto ingrávido, de sus leves sobresaltos, una delicadeza un poco automática, como la de las aves. Han pasado los años y los niños crecieron, ya son casi adultos, y también me parece ver en ellos un aire cada vez más claro de pájaros. Sobre todo desde aquel día en que, en las salinas, ella echó a correr hacia los flamencos y se fue volando con ellos.

Cuentos del libro de la noche.