En vísperas de su participación en la Feria del Libro de Guadalajara (México), José María Merino (Coruña, 1941) ha publicado 'Las antiparras del poeta burlón' (Siruela, 16,95 euros), una novela corta que califica como "un divertimento", donde recuerda su infancia leonesa, sus primeros acercamientos a la lectura y el cariño y admiración que su padre le transmitió por Francisco de Quevedo.
Según explica a Ical, el libro nació con sus recuerdos de los paseos que emprendía cada domingo de la mano de su padre, para ir desde el hogar familiar hasta la casa de sus abuelos, en la carretera de Trobajo del Camino. "Siempre pasábamos por delante del convento de San Marcos, donde estuvo cuatro años encerrado Quevedo, y donde lo pasó tan mal que salió de allí para morir. Se llevaba muy bien con el obispo y demás, pero la humedad del lugar le dejó muy tocado y sufrió mucho", explica.
'La primera vez que mi padre me dijo: 'Mira, aquí estuvo preso Quevedo', yo le respondí: '¿El de los chistes?', y él me dijo: '¡Pero hombre!, ¿Cómo puedes decir eso?'. Yo conocía al Quevedo de las 'Gracias y desgracias del ojo del culo' y de todas estas cosas, y entonces empecé a aficionarme a la literatura del siglo de Oro, y a conocer algunos de los hermosísimos sonetos filosóficos y amorosos de Quevedo", rememora. Además, esa escena se volvería a repetir cada domingo. 'Todos los domingos volvía a preguntar: 'Bueno, y qué pasó con Quevedo', y claro, pasaban los años y yo cada vez sabía más de Quevedo y de San Marcos".
El volumen, donde la realidad y la ficción juegan constantemente, arranca con una inocente pregunta que un joven periodista le lanza a un conocido poeta: "¿Cuándo comenzaste a escribir?". Ese interrogante transportará al protagonista hasta sus recuerdos juveniles más íntimos, y le traerá a la memoria su etapa escolar, donde vivía deslumbrado por el ingenio de los poemas satíricos de Quevedo y, de forma anónima, se convirtió, a escondidas, en autor de versos en los que se burlaba sin piedad de sus profesores y compañeros de clase.
'Es una novela breve, con un pequeño apéndice donde al hilo de la narración incorporo los poemas de Quevedo que se citan en la primera parte, que son unos cuantos, para que el lector tenga una visión un poco completa de ese mundo", apunta Merino, para quien su libro "no pretende más que ser un divertimento y un recuerdo de Quevedo". "Si los chicos recuerdan a Quevedo leyendo esto sería muy bueno y yo me daría por satisfecho."
'Las antiparras del poeta burlón' se publican dentro de la colección 'Las tres edades: de 8 a 88 años', y es un volumen "para jóvenes pero que puede leer cualquiera", según su autor. Además, incluye nueve ilustraciones y la portada a cargo del artista italiano Fabio Marras.
José María Merino
Hijo de un republicano leonés integrante de la Federación Universitaria Escolar, José María Merino nació en Galicia donde sus padres se refugiaron temporalmente hasta que pasó la guerra civil. Poeta, novelista, cuentista, ensayista y antólogo de cuentos literarios y de leyendas populares, ha recibido infinidad de premios literarios como el de Novelas y Cuentos, de la Crítica, Nacional de Literatura Juvenil, Miguel Delibes de narrativa, Ramón Gómez de la Serna de narrativa, Mario Vargas Llosa de cuentos, Torrente Ballester de novela, Salambó o Castilla y León de las Letras. Es presidente honorífico de La Fundación del Libro Infantil y Juvenil Leer León y en marzo de 2008 fue elegido académico de la Real Academia Española en sustitución de Claudio Guillén, ocupando el sillón 'm'.