Almudena Trigueros
La familia Serrano, propietaria de Seda Solubles, desvió en los últimos años alrededor de sesenta y dos millones de euros de la cafetera a otras empresas sin reflejarlo adecuadamente en la contabilidad.
Así lo recoge un informe de los administradores concursales, al que hemos tenido acceso. Todas las partes implicadas excepto el juez siguen apostando por la venta como única salida para la salvación de esta factoría en concurso de acreedores.
Entre los acreedores se encuentran los 314 trabajadores de Seda, que desde el inicio de la crisis en la cafetera no han dejado de defender su viabilidad a través de concentraciones y manifestaciones e incluso, acudiendo a la administración regional, que tras comprobar la viabilidad de la empresa concedió a través del Itacyl un préstamo de 4,5 millones de euros para que pudiera reiniciarse la actividad. Ahora la Junta también apuesta por la venta.
La pelota está en el tejado de un juez amedrentado por la familia Serrano, según los trabajadores, que al igual que los administradores concursales y los responsables de la Consejería de Agricultura y Ganadería, confían en un cambio de criterio que permita la venta y por tanto, garantice el futuro de Seda Solubles.