Los tesoros del agua

La figura del Niño Jesús más original del mundo nos atrapa en Miranda Do Douro

Es una de las imágenes más buscadas por los visitantes. El 'Menino Jesus da Cartolinha' fue la primera curiosidad que nos encontramos al cruzar la frontera con Portugal.

La guía María de Lourdes García les cuenta a María y Dani la leyenda del Niño Jesús con sombrero de copa - rtvcyl.es

 

 

 

 

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Cuántas ganas teníamos de llegar al Parque Natural Arribes del Duero. No os hacéis una idea. Después de meses de producción y de idas y venidas por el cauce del río Duero por fin llegamos a este paraje espectacular y cargado de simbolismo por ser frontera natural entre España y Portugal.

De San Vitero fuimos a Puente Requejo y, desde allí, hicimos unos 150 kilómetros en coche hasta Aldeadávila de la Ribera. Esta etapa del viaje se puede realizar en un solo día, levantándose tempranito, pero nosotros estuvimos más de una semana recorriendo estos parajes y grabando planos de película. No fue fácil. En Los Tesoros del Agua podréis disfrutar de impresionantes panorámicas y vistas de pájaro obtenidas gracias al esfuerzo de nuestros compañeros expertos en el manejo de drones.  

Los Arribes del Duero en Kayak

Pero volvamos a lo que íbamos. Nuestra última parada antes de adentrarnos en territorio portugués fue en la localidad de Pino de Oro. Un municipio zamorano de la comarca de Aliste en el que se alza el Puente de Requejo. Un arco parabólico tipo Eiffel que deslumbró a la España de 1914 por su luz y su altura, récord en aquel momento.

Nosotros surcamos las aguas de los Arribes del Duero en kayak un poquito más adelante, pero nos hubiera gustado mucho poder disfrutar de las vistas de este paso entre las comarcas de Aliste y Sayago desde el agua.

 

Si como a nosotros os apetece, en la zona algunas empresas ofrecen excursiones de este tipo.

 

Seguimos nuestra ruta hasta Miranda Do Douro. Justo en la entrada, una rotonda nos obligó a desviarnos hacia el casco antiguo. Íbamos directos a la concatedral de Miranda Do Douro porque nos habían hablado del Niño Jesús con sombrero de copa, conocido en Portugal con el nombre de Menino Jesus da Cartolinha.

 

La Leyenda del Niño Jesús con sombrero de copa

Esta figura es una de las mayores atracciones de la concatedral, además del retablo del altar mayor, valorado como una de las obras maestras del escultor vallisoletano Gregorio Fernández.

 

 

Una concatedral es una catedral sin obispo. La de Miranda Do Douro es la sede de la diócesis de Bragança-Miranda.

 

Si habéis ido leyendo este espacio dedicado a Los Tesoros del Agua, conoceréis de sobra nuestra afición por seguirle la pista a todas las curiosidades con las que nos topamos en el camino. Este peculiar Niño Jesús no iba a ser menos. Después de quedarnos alucinados observando la imagen y su estrambótico vestuario, compuesto por sombreros de copa, trajes militares y de elegante caballero, buscamos a una guía y fue ella la que nos explicó la leyenda.

Durante la Guerra de Sucesión española de 1711, los españoles ocuparon la población de Miranda Do Douro durante varios meses. Cuentan que antes de las refriegas en las que participaban unos y otros, se  apareció a los mirandeses en varias ocasiones un joven vestido de hidalgo caballero que les animó a levantarse en armas contra los ocupantes cuando parecían abocados a la derrota. La población respondió sublevándose y al frente de las partidas de guerrilleros se situó este joven que aparecía y desaparecía a su antojo. Tras la liberación de la ciudad, los vecinos lo buscaron y, al no hallarlo, consideraron un milagro aquel hecho. El cabildo de la época mandó esculpir esta figura en honor a lo sucedido y le colocaron los ropajes con los que había acudido a ellos.

 

 

El escritor José Saramago escribió sobre este Niño Jesús en su libro 'Viaje a Portugal':
'Aquí está él, el Niño Jesús de la Cartolinha, con su altura de dos cuartas, al cinto la espada de plata, la faja roja atravesándolo del hombro al costado, lazo blanco al cuello, y el gorro en lo alto de su redonda cabeza de chiquillo'.

 

Sin duda, descubrirlo fue fascinante para nosotros. Más allá de la anécdota, los mirandeses veneran esta figura con auténtica devoción y la han convertido en el patrón de la infancia.