Cubanos, venezolanos, nicaragüenses y argentinos son los que más están tratando de demostrar que tienen antepasados de Castilla y León para obtener la nacionalidad española. Pueden hacerlo desde octubre de 2022 con la conocida como ley de nietos, un apartado de la Ley de Memoria Democrática que abre la puerta a descendientes de exiliados durante la Guerra Civil y la dictadura franquista.
"Antes teníamos al año 40 o 50 peticiones y el año pasado ha habido 300. Ha subido muchísimo", cuenta Paulino González, canónigo archivero de la Catedral de Valladolid. Archivos diocesanos como el suyo han visto cómo se ha sextuplicado el número de solicitudes de documentos que prueben la existencia de ascendientes, como partidas de bautismo o actas de matrimonio. Las peticiones se remontan a finales del siglo XIX y principios del XX: "El sitio en el que siempre hay es en la iglesia", señala González.
A pesar del aumento de trabajo, no han recibido ayuda de las administraciones públicas. Las solicitudes llegan por correo electrónico y hay que localizar al ancestro entre miles de libros de las parroquias. En muchas ocasiones la petición es imprecisa. "Ellos, algunas veces, a lo mejor tampoco saben de dónde ha sido, solo saben que han tenido un antepasado en España. Te dicen: 'tiene que buscar usted en Castilla y León' y puede ser Segovia, Ávila, es imposible".
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