El dramaturgo vallisoletano y Premio Castilla y León de las Letras 2009, José Luis Alonso de Santos, recomendó este viernes a la comunidad docente de la región que cree "hábitos estables de trabajo" entre el alumnado, valiéndose de armas como "la paciencia, la perseverancia y la fe en la pedagogía". Así lo apuntó durante la lección magistral que impartió dentro de el acto oficial de inauguración del curso escolar 2010-2011 de enseñanzas no universitarias que tuvo lugar en Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid.
Saltando de Heráclito a Quevedo, y de Kant a Juan Ramón Jiménez con sendas citas intermedias a Aristóteles, el autor de 'La estanquera de Vallecas' se refirió al inicio del nuevo curso escolar como "un acto renovador de ilusiones y proyectos", dentro del río de la vida, donde "todo cambia, todo fluye, y nada permanece".
"Es tarea de los profesores —apuntó—, acercar a sus alumnos al misterioso mundo del conocimiento, y enseñarles a romper la férrea coraza de la ignorancia a través del mundo del lenguaje". "Las palabras son los grifos del pensamiento, nos sirven para salir de nosotros mismos y encaminarnos hacia los otros. El que es dueño de las palabras es dueño de la realidad", sentenció.
En su poética intervención, Alonso de Santos reclamó al profesorado y a los representantes institucionales que "seamos radicales en la defensa de la palabra, más si cabe en Castilla y León, alta cuna de nuestra lengua", y aseguró que "la lengua es la más valiosa conquista del ser humano".
La enseñanza, una 'cuestión ética'
Asimismo, se refirió a la enseñanza como "una cuestión ética", y recomendó "vivir cada día en una lucha continuada contra las dificultades", ya que enfrentarse cada día a los problemas dará sentido y dirección a nuestra vida".
Como docente de enseñanzas artísticas durante buena parte de su trayectoria, Alonso de Santos afirmó que "el sueño de todos los profesores ha sido siempre poseer poderes de brujo o de chamán, para transformar a cuantos se encomiendan a ellos y transmitirles el conocimiento con sólo tocarles o mediante una pastilla de propiedades mágicas". "Nunca encontré el camino fácil, y al final he tenido que valerme del esfuerzo continuado y la paciencia", argumentó.
Según explicó, "la influencia que un profesor puede tener en sus alumnos es inquietante". En ese sentido, comentó que "a veces los profesores queremos con tanto ansia que crezca la planta que nos han encomendado que tiramos de ella hasta romperla", algo que en su opinión hay que evitar para no confundir nunca "el esfuerzo con el sufrimiento". "Los profesores deben transmitir el placer que dan los bienes de la cultura, y no imponerla", añadió.
Así, antes de arrancar una cálida ovación de los asistentes, Alonso de Santos brindó una "bienvenida ilusionada a este nuevo curso, que llega lleno de ánimo y de entusiasmo". "Todo empieza de nuevo, y hay mucho por hacer. Las dificultades serán muchas, pero el esfuerzo continuado y la fe en el futuro nos darán siempre resultados positivos", exhortó al público.