El portero del Real Valladolid Jaime Jiménez, protagonista del fallo que supuso el gol para el triunfo del Betis declaró que los guardametas “son casi siempre villanos y pocas veces héroes. Pero soy masoquista. Me gusta ser portero. El portero no tiene maniobra de reacción. Puedes ayudar al equipo y, a veces, cuando no lo hagas bien, puedes perjudicarle. Eres siempre el villano cuando salen mal las cosas. Es así incluso cuando el equipo pierde pese a no tener fallos, pues encima cuando se da un fallo tonto pues más”.

El cancerbero manchego explicó la jugada del gol, la cual ha tildado de “desgraciada”, pero “difícil de corregir”. “Voy al suelo pensando que Rubén Castro va a entrar. Bota mal, me da en los dedos y se va. Pasa una vez de un millón. Mejor que pase ahora y no en otro momento más importante. No es un fallo de técnica, de colocación, sino que es un fallo más bien fortuito”, ha relatado. Un error que se produjo en el minuto 89 del partido celebrado ayer en Zorrilla, que deshizo el empate a cero que reinaba en el marcador y que provocó que a Jaime, en ese preciso instante, se le cayese “el mundo encima”.

Para concluir, ha aseverado que atiende a los medios “a las buenas y a las malas”. “Lo fácil para una persona es sacar pecho cuando vienen los momentos buenos y cuando vienen los malos que te busque Rita la cantaora”, ha concluido. El fallo de Jaime nos sirve para recordar otros errores de bulto cometidos por contrastados porteros. En unos casos, sus fallos se convirtieron en meras anécdotas. En otras ocasiones, su pifia ha costado los títulos más importantes.