No ha sido buena la acogida de la nueva tarifa de la luz. El Gobierno deja en manos de los usuarios el ahorro a final de mes en función de la discriminación horaria. Las horas más caras: de diez de la mañana a dos de la tarde y de seis de la tarde a las diez de la noche. Pero no es el único componente de la factura. Están también los impuestos y costes fijos y el precio de producción, que se acerca a máximos. En esta parte quiere actuar el Gobierno, que ha aprobado este martes algunas medidas en el Consejo de Ministros.

Con un ejemplo práctico, planchar en hora valle (de doce de la noche a ocho de la mañana) puede ahorrarnos 38 euros al año, y poner una lavadora en hora punta es 20 euros más caro anualmente. Desde OCU aseguran que el ahorro puede ser de entre 30 y 130 euros anuales si utilizamos tres electrodomésticas en estos horarios. Sin modificar nuestros hábitos el ahorro es mínimo, unos 2 euros al mes. Y aunque la teoría es que busca abaratarla desde FACUA, critican que se culpe a los usuarios de no ahorrar si no utilizan sus electrodomésticos de madrugada. El precio final no depende únicamente de nuestro consumo. También del precio de producir esa electricidad. Antonio Picazo, CEO de Gana Energía, asegura que si los costes han aumentado por los cargos y peajes de realizar su actividad, esto se va a trasladar al cliente, aunque no necesariamente en subidas.

El cargo más está afectando es el precio de los derechos de emisiones. En mayo cada tonelada se ha pagado a 52 euros. Diez veces más que hace 5 años. Y esto repercute en todas las tarifas tanto si estás mercado regulado o libre esto se va a acabar trasladando. Y no sólo a los hogares, también a las empresas.