SEMANA SANTA 2010 | Burgos

La 'Pasión Viviente' llena las calles de la localidad burgalesa de Lerma en su XXIV edición

  • 250 personas, 80 de ellas actores, escenifican una Pasión de 'carne y hueso'
  • La digitalización llega a la Semana Santa lermeña

Ical / Burgos

La localidad burgalesa de Lerma celebró esta noche la XXIV edición de la 'Pasión Viviente', uno de los actos de mayor interés turístico de la Semana Santa de la provincia que año tras año reúne a centenares de personas; éste a unas 2.000.

En la escenificación participaron 250 personas, de las cuales 80 son actores y el resto vecinos de la localidad. A pesar de las bajas temperaturas, numeroso público se acercó hasta la Villa Ducal para disfrutar de una Pasión 'de carne y hueso'.

La novedad de esta edición, que pronto cumplirá el cuarto de siglo, es "condensar en un DVD los momentos más significativos y emotivos de la puesta en escena", según apuntó el secretario de la 'Asociación El Arco', organizadora del evento, Oscar Moriana.

La digitalización llega a la Semana Santa lermeña y lo hace a través de un video en formato DVD de 45 minutos de duración que se encuentra a la venta desde hoy a un precio de diez euros.

En los últimos años se han incorporado distintas modificaciones como cambios en los decorados de la Última Cena, mejoras en la sonorización y en la música de las escenas de la Crucifixión, que se desarrolla en la plaza de toros de la localidad.

La Pasión Viviente de este año comenzó, como en ocasiones anteriores, frente a la fachada del Convento de Santo Domingo donde se desarrolló la Última Cena, para continuar su recorrido en la plaza Santa Clara, sobre la tumba del Cura Merino, donde se representó la Oración de Jesús en el Huerto y el prendimiento.

Ya en la plaza Mayor, al lado del Parador Nacional que alberga el Palacio Ducal, se representaron las escenas correspondientes a las negaciones de Pedro y el juicio de Jesús. La representación siguió por las calles de Lerma para dar vida a distintos momentos del camino que recorrió Jesús con la cruz a cuestas. La escenificación concluyó en la plaza de toros donde se representó la Crucifixión y muerte de Jesús.

Tradición y relevo generacional

El Vía Crucis Viviente recuerda a los visitantes los últimos momentos de la vida de Jesús de Nazaret, aquellos que presiden todos los actos de la Semana Santa en los distintos rincones del planeta. El de Lerma es un Vía Crucis distinto que deja las tallas y los pasos en las iglesias para acercar el sentido de la historia de los cristianos a través de la escenificación teatral.

"Para ello son necesarias muchas horas de ensayo y contar con el apoyo de actores y vecinos", destacó Moriana, quien añadió que "la responsabilidad es enorme y aumenta año tras año".

La representación de hoy es la culminación de horas de repaso de papeles, ensayos, modificación de vestuarios y colocación de decorados. Una tarea que hace que las calles de Lerma se conviertan por unas horas en la antigua Jerusalén.

Algo que para Moriana no sería posible sin la figura de Jesús Cano, vecino de la localidad, que lleva más de veinte años representando el papel de Jesús. "Es una suerte contar con él, la Pasión Viviente no se entiende sin sus rasgos", destacó.

Uno de los problemas que más preocupa a quienes organizan esta particular Pasión es el relevo generacional porque dentro de unos años los actores que encarnan a las principales figuras de la Semana Santa no podrán hacerlo.

Este es el motivo por el que Moriana anima a los vecinos más jóvenes de la zona a que se impliquen en una tarea que "no sólo da importancia a la localidad, sino que mantiene viva una tradición milenaria".