Un nuevo cajero automático, el sexto desde el pasado 16 de noviembre, fue reventado esta madrugada en la oficina de Cajamar de la localidad vallisoletana de Cigales. En esta ocasión, como ocurrió el pasado día 11 en una oficina del banco de Santander en el barrio vallisoletano de Villa del Prado, los ladrones no lograron llevarse dinero, dado que la explosión, que provocó daños materiales, no reventó el compartimento del cajero donde se almacena el dinero.
El modus operandi ha sido el mismo que en las cinco ocasiones anteriores. La banda, que ya ha logrado un botín en los distintos robos de más de 60.000 euros, inyectaron el acetileno, el que se utiliza para soldar, por la ranura por la que el cajero entrega el dinero. Después, y mediante la utilización de una batería, provocaron una explosión.
Las oficinas de Caja España, en Arroyo de la Encomienda y Sardón de Duero; la de Cajamar, en Aldeamayor de San Martín; la de Barclays, en el barrio de la Victoria de Valladolid, y la del banco de Santander, en Villa del Prado, son las sucursales en las que con anterioridad han actuado los ladrones.
Por otra parte, cabe recordar que la pasada semana se celebró una reunión en la sede de la Subdelegación del Gobierno de Valladolid entre responsables de seguridad y jefes de zona de diversas entidades bancarias y mandos de la Guardia Civil y policiales, en la que se acordó la adopción de una serie de medidas por parte de las sucursales para intentar evitar esta oleada de robos.