NUTRICIÓN

Comer bien para estar mejor

  • Sabemos qué es la dieta mediterránea pero no la llevamos a caboDesconocemos las propiedades alimenticias de los alimentos

Estefanía Ureña

A diario los medios de comunicación invadimos a los lectores, radioyentes o telespectadores con artículos, estudios, informes, etc, sobre lo sano o lo perjudiciales que pueden ser ciertos alimentos. No digamos ya si esa misma información está en internet.

Demasiados datos para un consumidor al que también se le bombardea con publicidad engañosa. La clave, según la nutricionista Sara Martínez, es "no hacer caso a toda información porque si no dejaríamos de comer. Lo importante es comer de todo, de una manera equilibrada y hacer ejercicio". Simple, pero es así. No hay más truco.

La dieta mediterránea, nuestra dieta, está en peligro de extinción. Y no porque no sepamos de sus beneficios, si no porque no la ponemos en práctica. Los platos de cuchara han desparecido de nuestras mesas y eso que comían nuestros abuelos es lo que deberíamos seguir comiendo nosotros.

Otro problema es que en realidad desconocemos las propiedades alimenticias de los alimentos. Si los garbanzos tienen más fibra que las galletas, si el chorizo contiene más colesterol que el huevo, si el calamar aporta más grasa que el embutido...

Quizá lo que nos falta es educación nutricional. Conocer de qué nos alimentamos porque, la frase ya es archiconocida, "somos lo que comemos".