En su discurso de toma de posesión, el decano salmantino, que sucede en el cargo a Luis Nieto, reconoció su "inquietud" por los "momentos difíciles" que se están viviendo, y como ejemplo citó las cuatro reformas puestas en marcha por el Ministerio: tasas, servicios profesionales, registro civil y Ley de Planta. Cambios que a su juicio forman las "cuatro patas de esa ciclogénesis explosiva" para la Justicia.
Dávila, que anteriormente formó parte de las Juntas de Gobierno del Colegio durante los mandatos del ahora presidente del Consejo de la Abogacía de Castilla y León, Fernando García-Delgado, y de Manuel Sánchez Benítez de Soto, citó, entre sus objetivos "la defensa de la imagen y el prestigio de los abogados, exigiéndole al mismo tiempo a ellos servicio y vocación", y, por otro lado, contribuir a acercarse al "justiciable", para que el ciudadano sepa que el abogado es cercano y que "hay que acudir a él antes de que surja el problema, como en la medicina preventiva".
Según recordó, durante las elecciones prometió "transparencia, rapidez y eficacia" en la gestión del Colegio, así como se comprometía a la "defensa a ultranza de la profesión ante quienes pretendan sustraer de la esfera de la Justicia en general y de la Abogacía en particular, determinados procedimientos como divorcios, expedientes de dominio, jurisdicción voluntaria o Registro Civil". En este sentido, avanzó que es esa la misma línea que seguirá y proclamó su "absoluta independencia de intereses personales o políticos".
Junto a Dávila tomaron posesión de sus cargos, como secretario, Florencio Acevedo González, como tesorero, Eduardo Íscar Álvarez, como diputada cuarta Adela Turrión Martín, y como diputada quinta María Teresa Sánchez Juanes.