Desde el lunes están paralizadas por orden judicial las harinas que esta empresa salmantina fabricaba presuntamente añadiendo restos de ovejas, perros y otras mascotas. Con ello, se elaboraban piensos que según ha garantizado la Junta de Castilla y León no han llegado a la cadena alimentaria humana, ya que se destinaban a alimentar mascotas.
De haberse producido este hecho, que se alimentaran con estos piensos animales que luego se destinarían a consumo humano, el caso entrañaría un notable riesgo sanitario.
La presencia de estos restos de perros y ovejas fue detectada mediante análisis bioquímicos que constatan la presencia de cualquier compuesto en los alimentos. Estos análisis se realizan de manera metódica y rigurosa y aunque nunca hay riesgo cero, la seguridad alimentaria es altísima.
Por eso, tanto los expertos como las autoridades sanitarias insisten en lanzar un mensaje de tranquilidad a la opinión pública ante este caso.