La Real Academia Española (RAE) acogió este miércoles la presentación de la nueva edición de 'Los becerros Gótico y Galicano de Valpuesta', impulsada por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, un libro "revolucionario" que permite conocer más a fondo los orígenes del romance entre los siglos X y XIII.
La obra, que comenzó hace ya siete años, supone un paso "importante" en términos cualitativos y cuantitativos en el campo de la investigación, según destacó el anfitrión del acto y vicedirector de la RAE, José Antonio Pascual. En su opinión, se trata de una edición "revolucionaria" que confirma "que los tiempos han cambiado en sentido positivo" desde la "desazón" de los ilustrados al confirmar la desaparición de un ingente patrimonio documental.
'Los becerros Gótico y Galicano de Valpuesta' analizan 187 documentos escritos en latín por 34 manos o escribas procedentes de Santa María Valpuesta, el monasterio ubicado en la localidad burgalesa del mismo nombre. "Un pequeño lugar de las Merindades, relativamente lejano, con una colegiata asombrosa", señaló el director del Instituto de la Lengua, Gonzalo Santonja. De allí parten los códices, "muy complejos", y que tratan fundamentalmente de donaciones y ventas de terrenos, convertidos en fuente documental imprescindible para estudiar los orígenes del romance.
El Becerro Gótico y el Becerro Galicano "contienen los testimonios más antiguos, por ahora, del romance hablado en Castilla", y por lo tanto se han convertido en referencia básica del estudio de la lengua. Sin embargo, Santonja precisa que los documentos "no indican que la cuna del castellano sea Valpuesta, como ninguna otra documentación prueba que el castellano haya nacido en un uno u otro lugar, porque una lengua no nace en sitio ni fecha determinados". Lo que sí permite precisar esta nueva edición son las innovaciones gráficas y fónicas que dejan entrever un romance primitivo y que después se generalizan en el castellano, lo que da cuenta de su "capital importancia" a la hora de estudiar los orígenes de la lengua.
La edición permite a investigadores, filólogos e historiadores, no sólo una lectura rigurosa y fiable de los documentos, sino también un minucioso y exhaustivo estudio paleográfico, que permite identificar la presencia de 34 escribas o manos y ordenar los papeles por orden cronológico.
Tras siete años, el trabajo concluyó este miércoles formalmente en la RAE, lo que evidencia que "hacer las cosas bien importa más que hacerlas", según señaló la consejera de Cultura, María José Salgueiro, parafraseando a Antonio Machado. Una máxima que está guiando la labor diaria del Instituto de la Lengua desde que en 2003 su director presentara el plan de trabajo. Salgueiro destacó la importancia del español como "el mejor patrimonio de Castilla y León". Fruto de esta convicción, añadió, la Junta de Castilla y León apoya trabajos científicos como el presentado este miércoles y promociona la Comunidad como referente en la enseñanza de la lengua.
La investigación, presentada en dos volúmenes, fue dirigida por José María Ruiz Asencio, junto a Irene Ruiz y Mauricio Herrero, con preliminares de José Antonio Pascual y Gonzalo Santonja. El director de la obra consideró el trabajo realizado "gratificante" y agradeció a Santonja la "libertad" con que contó el equipo, además de la calidad con que finalmente se editó la obra.