Entre 400 y 500 personalidades de la región acudieron este lunes a la entrega de los XXVII Premios Castilla y León, que se celebró en el Centro Cultural Miguel Delibes, ubicado en Valladolid, en una edición que se adelanta en el calendario respecto a anteriores convocatorias, al coincidir este año el Día de la Comunidad con la celebración del Sábado Santo.
A lo largo de la velada, se entregaron los galardones correspondientes a las ocho categorías convocadas. Así, el Premio de Deportes ha recaído en el exatleta palentino afincado en Valladolid Isaac Viciosa; el de Restauración y Conservación del Patrimonio ha sido para la vallisoletana Eloísa García de Wattenberg; el de las Letras, para el leonés afincado en Madrid Andrés Trapiello; el de Valores Humanos, para José María Martín Patino; el de Ciencias Sociales y Humanidades, para Justino Duque Domínguez; el de Investigación Científica y Técnica, para José Antonio de Saja Sáez; el de las Artes, para Enrique Seco San Esteban; y el de Protección al Ambiente, para Renault por su proyecto de desarrollo del coche eléctrico.
Isaac Viciosa nació en Cervatos de la Cueza (Palencia) y debutó en el atletismo en 1988 con el Club de Atletismo Melgar, pasando por diferentes equipos durante el resto de su carrera deportiva. En el año 1992, en los Campeonatos de Europa 'indoor' se clasificó cuarto en la prueba de los 1.500 metros y en 1994 destacó en el Campeonato de Europa de Atletismo, consiguiendo la plata tras el soriano Fermín Cacho. En su palmarés consta que ha sido campeón de Europa de 5.000 metros , subcampeón de 1.500 metros y recordman de Europa en 3.000 metros; cuatro veces ganador de la milla urbana de Nueva York y otras tantas de la San Silvestre de Madrid y de la Jean Bouin de Barcelona, así como por representar los valores humanos y de limpieza en el deporte.
Eloísa García de Wattenberg nació en Valladolid, cursó Filosofía y Letras en la Universidad de esa ciudad y trabajó en al área del rectorado relacionada con el Seminario de Arte y Arqueología. Contrajo matrimonio con Federico Wattenberg, fallecido en 1967, y colaboró con la directora del Museo Arqueológico, Socorro González, en la instalación del Museo Arqueológico en el Palacio de Fabio Nelli, en Valladolid. Funcionaria del Cuerpo de Auxiliares de Archivos, Bibliotecas y Museos, en 1968 fue designada directora del Museo Nacional de Escultura, donde llevó a cabo la gran exposición celebrada con motivo del V centenario del matrimonio de los Reyes Católicos. Realizó una profunda reestructuración museográfica e incorporó al museo la iglesia de La Pasión como sede de exposiciones permanentes. En 1973 se hizo cargo de la asignatura de Museología en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid y en 1977, tras la creación del Cuerpo de Conservadores de Museos y aprobada la plaza de conservadora, fue confirmada como directora del Museo.
Andrés Trapiello nació en Manzaneda de Torío (León) en 1953, es un escritor de obra amplia y contrastada, cuyos títulos abarcan prácticamente todos los géneros: poesía, ensayo, novela y diarios. Como poeta, figura en las antologías de referencia y ha sido galardonado con el Premio Nacional de la Crítica por 'Acaso una verdad' (1993). En 1991 reunió sus primeros poemarios en la antología 'Las tradiciones'. Sus libros más recientes son 'Rama desnuda (1993-2001)' de 2001 y 'Un sueño en otro' (2004). Es un ensayista singular y polémico, género en el hay que destacar algunas obras decisivas y reveladoras de su tono discursivo: 'Clásicos de traje gris' (1990), 'Las vidas de Miguel de Cervantes' (1993), 'Viajeros y estables' (1993), 'Las armas y las letras: literatura y Guerra Civil 1936-1939' (1994 y, en su versión definitiva, 2010), 'Los nietos del Cid: la nueva edad de oro de la literatura española 1898-1914' (1997) y 'El arca de las palabras' (2006).
José María Martín Patino nació en Lumbrales (Salamanca). Sacerdote jesuita, es licenciado en Filosofía, Filología Clásica y Teología y doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma. Desde 1962, ha desarrollado una intensa actividad: profesor de Teología de la Universidad Pontificia de Comillas, director de la revista 'Sal Terrea', director del Secretariado Nacional de Liturgia y provicario general de la Archidiócesis de Madrid-Alcalá. Su presencia en los medios de comunicación ha sido muy activa: distinguido con el Premio Ondas en 1978, el periódico Pueblo le declaró 'Figura Religiosa del Año', fue asesor del director general de RTVE y colaboró con La Gaceta Ilustrada, El País y ABC.
Justino Duque Domínguez (Valladolid, 1927) cursó la licenciatura de Derecho en la Universidad de Valladolid, en la que se doctoró con Premio Extraordinario. En 1964 obtuvo la Cátedra de Derecho Mercantil, que desempeñó en las Universidades de La Laguna y Salamanca. En 1970 regresó a la Universidad de Valladolid, donde ocupó esta Cátedra hasta su jubilación y de la que es en la actualidad Profesor Emérito. Es también Decano honorario perpetuo de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Valladolid. Ha desempeñado numerosos cargos dentro de la Universidad, de la que fue elegido Rector en 1982. Profesor de la Facultad Internacional de Derecho Comparado de Estrasburgo y de la Escuela Libre de Economía y Derecho de Madrid, vocal de la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid, miembro del Consejo Académico de Colegio Mayor Menéndez Pelayo y miembro del Patronato de la Fundación General de la Universidad de Valladolid.
Nacido en Miranda de Ebro, José Antonio de Saja Sáez es catedrático y director del Departamento de Física de la Materia Condensada, Cristalografía y Mineralogía en Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid, donde ha desarrollado una labor pluridisciplinar en varios ámbitos científicos. Pionero en España en el campo de la espectroscopia vibracional, fundamentalmente aplicada al estudio de cristales moleculares y polímeros, ha trabajado sobre materiales compuestos con matriz plástica y materiales poliméricos y metálicos y ha estado entre los primeros españoles dedicados a la investigación de películas nanoestructuradas de materiales moleculares, fundamentalmente ftalocianinas, perilenos y polímeros conductores. Su labor en la captación de recursos para financiar investigaciones ha consistido en 46 proyectos finalizados hasta 2007, en los que se incluyen europeos, nacionales, regionales y contratos con empresas por un montante de 5,3 millones de euros, y en la actualidad está trabajando en otros 20 proyectos por valor de 2,4 millones de euros.
Enrique Seco San Esteban (Zamora, 1938), de formación autodidacta, comienza a pintar en 1963 y realiza su primera exposición un año después. De 1966 a 1973 se instala por estudios en París. A lo largo de su vida ha realizado 36 exposiciones individuales en diversas ciudades de Castilla y León y de España. Su obra está en museos y colecciones: Cortes de Castilla y León, Diputación de Zamora, Ayuntamiento de Zamora, Museo de Semana Santa de Zamora, colecciones privadas de España y el extranjero (Estados Unidos, Francia e Iberoamérica, entre otros), y Museo del Medio Rural de Colombia. Ha sido distinguido con el Premio a la Cultura del semanario La Voz de Zamora y el Ayuntamiento de Zamora le ha dedicado una calle en la ciudad.
Por su parte, respecto al premio concedido a Renault, el coche eléctrico, acreditado por un respaldo social unánime, permitirá desarrollar actividades industriales que mantienen miles de empleos e introducir sustanciales cambios en la conciencia social respecto del uso de la energía y el tráfico en las grandes ciudades. De esta manera Castilla y León, gracias a este programa, se coloca en vanguardia de la automoción, sector vital para su economía, y da un paso decisivo en el respeto al Medio Ambiente y en la reducción de emisiones de gases contaminantes.
El germen de los galardones
Estos galardones nacieron en 1984 con el objetivo de "acrecentar la conciencia regional". La razón de ser de los galardones quedó definida por el propio Gobierno regional en el momento de su institución: "La especial relevancia de la contribución castellana y leonesa al acervo cultural común a todos los españoles, con aportaciones tan destacadas como el idioma oficial del Estado y nuestro excepcional patrimonio histórico-artístico, así como la conveniencia de reconocer y estimular la labor creadora de humanistas, científicos, artistas y de dirigir su atención hacia aspectos relacionados con nuestra Comunidad y sus problemas específicos, hacen aconsejable la creación y sucesivas convocatorias de premios con la denominación de 'Castilla y León' destinados a galardonar la labor de personas, equipos e instituciones que hayan contribuido a la exaltación de valores científicos, culturales y humanísticos, patrimonio de la Comunidad castellano-leonesa, o realizado por castellanos y leoneses, dentro o fuera del ámbito territorial de la Comunidad, que hayan hecho aportaciones destacadas al saber universal.