El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, declaró a la vuelta de sus vacaciones que hechos como el la niña de cuatro años, residente en el barrio de Rondilla, que falleció la semana pasada por un presunto caso de maltrato infantil, no se pueden volver a repetir en un futuro y menos en un país moderno como España que cuenta con mecanismos suficientes para evitar casos como este. "Hay que ver lo que ha fallado, si han fallado los protocolos habrá que corregirlos y si han fallado las personas habrá que exigir responsabilidades" afirmó Puente.

El regidor vallisoletano reconoció que el caso requiere prudencia, pero el Ayuntamiento de Valladolid al igual que el resto de instituciones, tratará de esclarecer todas las circunstancias que rodearon el suceso.

Óscar Puente indicó que hay dos cosas claras por el momento, por un lado que hay que investigar la cuestión penal, los hechos que se cometieron, los autores y las circunstancias en las que se produjo la muerte.. Por otro, expuso, es preciso aclarar el papel de las administraciones que de alguna u otra manera podían haber evitado que ese hecho se produjera. Dos cosas que van en planos distintos, dijo, pero que están condicionadas en este momento por la propia investigación judicial.

Óscar Puente aseguró que el Ayuntamiento no había tendido a esta familia en los dos últimos años donde supuestamente residían en Valladolid y que los Servicios Sociales solo recibieron por parte de sus homónimos de la Junta una petición de información. Además añadió que son los Servicios Sociales de la Junta los que estaban examinando a la menor y los que han estado tomando las decisiones, y solo éstos tienen la capacidad de retirar la tutela de la menor a los padres.