Alberto Tapia / rtvcyl
Ha sido el primer atentado de la historia en su territorio. Aunque el país no ha dormido, Noruega se ha despertado con un balance provisional de 92 muertos.
El doble ataque comenzaba este viernes con la explosión de un coche bomba que causaba siete muertos en el distrito gubernamental de Oslo, la capital. Horas después se producía un tiroteo que acababa con la vida de 85 personas en la isla noruega de Utoya. El principal sospechoso está detenido y a él se le vincula una ideología de ultraderecha.
Anders Behring Breivik. Es la cara de la peor de las matanzas que ha vivido nunca el país noruego. La policía le identifica como un islamófobo de ideas de extrema derecha. Pero poco más se sabe de él.
Tiene 32 años, es natural de Noruega y su perfil de Facebook ya ha sido bloqueado. En él se definía como un fundamentalista cristiano y sus opiniones políticas se inclinaban a la derecha.
En cambio, su único mensaje en su cuenta de Twitter sigue activo y supera los 1.000 seguidores. En él asegura que una persona con una creencia iguala la fuerza de 100.000 que solo tengan intereses.
La otra cara de la tragedia comenzaba en el centro de Oslo. Una potente bomba cargada en un coche explotaba junto a la sede del Gobierno noruego y destrozaba también las fachadas de varios edificios gubernamentales de la zona, entre ellos las oficinas del primer ministro, que no resulta herido porque no estaba allí en ese momento. El caos y el desconcierto se han apoderado de la ciudad.