Los diseñadores emergentes Marta Valdespino, Ladybug, .G y Alonsize presentaron el martes en la Pasarela de la Moda de Castilla y León, que celebra su XII edición, unas colecciones basadas en tejidos como la piel o la seda, y colores como el negro o el gris.
Marta Valdespino fue la encargada de abrir los desfiles de diseñadores emergentes. Esta vallisoletana presentó una confección exterior femenina, inspirada en el mundo del ballet a través de unas líneas "renovadas".
Las prendas son, principalmente, de colores grises con pinceladas de verde, rosa o negro. Ropa elaborada a través de tejidos como el moher, paño, visón, seda natural y algo de encaje.
Más tarde fue el turno de Ladybug, que presentó su colección denominada 'El Bosque encantado', ya que está inspirada en las formas y colores de la vegetación y los animales de "un paraíso imaginario". Para ello, las prendas -principalmente vestidos cortos y monos como alternativa al vestido largo- muestran líneas curvas y pétalos de flores a través de mezclas de texturas como la seda, la polipiel o las plumas, con una combinación de colores "calmados y eléctricos".
Una mujer más urbana fue en la que se inspiró la firma .G, con su colección 'Urban pleasure', dirigida especialmente a la mujer del día a día. Patrones limpios, colores como el gris, el negro o el rosa palo, que aparecen sobre todo en cuellos de lana que se pueden quitar y poner. Junto a este tejido, la colección se completa con algodón, sedas naturales y material sintético.
Para finalizar, Alonsize exhibió una colección inspirada en Jackie Kennedy, "estilo de elegancia y buen gusto también después de la muerte su primer marido" y que todavía hoy es considerada como una de las mujeres mejor vestidas y más estilosas de todos los tiempos. Un estilo que marcó tendencia en esa época y que se refleja en prendas elaboradas con tejidos como el casimir, la seda, la piel o la gasa, a través de colores como el negro, el gris o el dorado.
Una colección, en la que se incluyó también ropa para hombre y que pretende ser un símbolo de la riqueza de aquella época y en concreto, del poder político y monetario de la familia Kennedy.