El 15 de marzo de 2020, recién iniciado el confinamiento en España, el rey Felipe VI renunciaba a la herencia de su padre Juan Carlos I y le retiraba la asignación de la casa real. Lo hacía a través de este extenso comunicado. En junio comenzó una tormenta de informaciones sobre los negocios del rey emérito en el extranjero. La Fiscalía del Supremo investigaba presuntas comisiones millonarias en el AVE a la Meca. Las semanas siguientes se sucedieron actas de sociedades opacas por las que habría recibido dinero de Suiza. El 1 de agosto, Juan Carlos abandonaba España, desde Vigo a los Emiratos Árabes.

De nuevo, en noviembre aparecían irregularidades: una cuenta con 10 millones en la isla Jersey y la existencia de unas tarjetas "black" con las que presuntamente se habrían pagado gastos de la familia real. El 2020 termina con la primera regularización fiscal del rey Juan Carlos, abona más de 670.000 euros a Hacienda correspondiente a deudas tributarias entre 2016 y 2018 y en febrero realizaba la segunda. Más de cuatro millones de euros por rentas no declarada que han vuelto a retrasar su posible regreso a España. En el mensaje de Navidad, Felipe VI insistía en la necesidad de ejemplaridad.

Y finalmente, este "annus horribilis" termina con otro escándalo, esta vez con las infantas Elena y Cristina como protagonistas, habrían aprovechado una visita a Abu Dabi para vacunarse y obtener así el pasaporte sanitario.