Con fuegos artificiales celebran lo que muchos han estado esperando durante años. El fin del régimen opresor de Muamar el Gadafi ya es una realidad, después de casi ocho meses de declive y guerra civil.
Los populares pick ups que durante estos meses han servido a los insurgentes de improvisados vehículos de combate, ya no circulan armados y sirven hoy para subirse en ellos y bailar.
En un congelador de un viejo mercado de Misrata, aguarda el cadáver de aquel poderoso hombre que lideró Libia durante 43 años. Ésta es la imagen que muchos han querido inmortalizar con sus móviles y cámaras. El cínico, cruel y vengativo dictador muerto, sobre una colchoneta de plástico tirada en el suelo. Según el Consejo Nacional de Transición, su cuerpo será enterrado en un cementerio musulmán de acuerdo a los ritos del Islam.
Su muerte no llega sola, también dos de sus hijos, los de mayor trascendencia política, fueron tiroteados mientras escapaban en el convoy que trataba de huir de Sirte. Saif al Islam y Mutassim, al igual que Jamis y Saif al Arab están muertos. De quienes de momento se desconoce su paradero es de sus otros cuatro hijos biológicos y de su esposa, quienes quizá se encuentren huidos en Argelia.
El 20 de octubre será para siempre el verdadero fin de la dinastía Gadafi.