Con temperaturas superiores a los 28 grados, el crecimiento de la planta del lúpulo se paraliza. Es otra consecuencia más de este calor extremo que sumado a la sequía que sufre el país termina siendo poco halagüeño. Los agricultores de la provincia de León prevén que se pierda un 30% de la producción.

El calor ha cortado el ciclo reproductivo del lúpulo en León, la mayor provincia exportadora de este cultivo a nivel nacional. Los agricultores prevén que se pierda un tercio de la producción y temen que la calidad también se vea perjudicada con motivo de las altas temperaturas y la escasez de lluvia. La subida de los carburantes, fertilizantes y pesticidas disminuye todavía más la rentabilidad de las explotaciones.

La planta del lúpulo, que otros años alcanzaban por estas fechas el metro de longitud, no llegan a los 40 centímetros. Los agricultores prevén pérdidas en la producción y un descenso en la calidad. Si a estas pérdidas añadimos la subida de los carburantes, fertilizantes y pesticidas, la situación se agrava

Solo queda confiar en que la bajada de temperaturas de la próxima semana permita mejorar las condiciones del lúpulo hasta su recogida en septiembre.

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