Las administraciones públicas se encuentran en plena carrera tributaria con los anuncios de rebajas de impuestos de varias autonomías y del Gobierno central. Los impuestos de las terrazas, las basuras o el IBI, son tasas y tributos cuya recaudación gestionan los ayuntamientos y en plena carrera fiscal de autonomías y estado, y con unas elecciones en el horizonte las entidades locales también tiene su propia estrategia. Los ayuntamientos ultiman estos días cómo serán sus gravámenes el año que viene.

"Creo que tenemos que ir muy claramente a cuál es el objetivo que persiguen unos y cuál es el que persiguen otros", afirma el alcalde de Soria, Carlos Martínez. Sea cual sea la meta, los ayuntamientos de las grandes ciudades de Castilla y León se decantan más o menos por lo mismo: congelar los impuestos o mantenerlos congelados si ya lo están, "mantendremos unos servicios públicos de calidad sin subir impuestos".

La mayoría de los alcaldes de la Comunidad aseguran estar sometidos a un plan de ajuste que nos impide las rebajas fiscales, y por ello se ven obligados a continuar en la congelación.

"Llevamos ocho años con los impuestos y tasas congelados, 200 millones que no han salido del bolsillo de los ciudadanos", dice el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. 

Plantean que no haya variaciones en las tasas municipales, como las de agua o basura, como en Segovia, "se va a practicar una política de congelación de impuestos y tasas", dicen. En Palencia habrá algún cambio pero no muy significativo: "En principio tenemos pensado no modificarlos, hacer pequeñas modificaciones, pero no modificarlos mucho. Los principales impuestos que tenemos son el impuesto de actividades, el IBI, luego tenemos el de construcciones y el impuesto de circulación".

Así, las ordenanzas fiscales se quedan prácticamente como están con los ayuntamientos encarando el año electoral.

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