Trece jóvenes de Castilla y León participan en el campamento de voluntariado que se realiza en Simancas, Valladolid. Juntos conviven y limpian este pequeño municipio vallisoletano: "Nos lo hemos encontrado fatal. Muchas plantas, pero sobre todo muchísima basura", nos cuenta Lucía de 17 años. 

Desde primera hora de la mañana recogen los residuos y la maleza que se encuentran cerca del archivo o en el puente de esta localidad. Sus aliados: los guantes, el rastrillo y la azada. 

El campamento dura 15 días, cuesta 90 euros y ellos lo han elegido, "no es un castigo". Aseguran que ha sido duro, pero que el aprendizaje no tiene precio y les permite valorar el trabajo que hay detrás para que la gente se encuentre las zonas públicas limpias. 

Son un ejemplo de compromiso y dedicación. Además, mientras luchan por un planeta mejor, estrechan lazos que durarán para siempre.