Rosa tiene 22 años y gran parte de su vida la ha pasado lejos de su familia, tutelada en un centro de acogida de menores de Cruz Roja en Soria. "Mi madre era una mujer maltratada", nos cuenta. Ese fue el motivo por el que tuvo que separarse de sus cinco hermanos. Reconoce que fue el peor momento al que tuvo que enfrentarse.

Pero también tiene buenos recuerdos de su paso por el centro de menores al que llegó con tan solo 12 años. "Al final siempre necesitas cariño y ellos no solo hacen su trabajo, también querían estar más allá", asegura. También recuerda el apoyo que tuvo cuando pudo ir a vivir al piso de emancipación al cumplir la mayoría de edad y compaginarlo con un trabajo, porque como dice ella, "si no hubiese tenido en ese momento ese tipo de ayuda mínima, a lo mejor no hubiese sabido gestionarme".

Ahora es madre y tiene un propósito, hacer que no pase por lo mismo que ella. Construir un hogar del que forman parte esos educadores que sigue considerando sus padres.