En Castilla y León tienen esta consideración Burgos y Valladolid, aunque esta última ha optado por no organizarse en distritos.
El título de Gran Ciudad se obtiene o bien automáticamente porque el municipio supera los 250.000 habitantes o si es una capital de provincia con al menos 175.000. Las que tienen menos población pueden alegar razones históricas, económicas y sociales y que su ayuntamiento se lo pida al parlamento de su comunidad autónoma.