Hoy hemos viajado a Hornillos del Camino, un pequeño pueblo de Burgos que tiene uno de los padrones más curiosos de toda la comunidad. Casi todos los vecinos regentan un negocio y la mayoría son extranjeros. Además, es la localidad con más curas por habitante de España. El motivo de tantísima pluralidad puede que sea el Camino de Santiago. 

Apenas encontramos gente por sus calles y en un invierno normal, en esta localidad burgalesa, viven 15 personas, pero lo que no faltan son negocios: hay seis albergues, tres bares y una tienda de alimentación. Belén y su familia convirtieron la casa de su abuelo en un alojamiento, ellos son los únicos emprendedores que han vivido en este pueblo. Todos los demás, son extranjeros. Oumar Sal trabaja en uno de los bares del pueblo y es senegalés o, por ejemplo, Emma, la alguacil, que viene de Irlanda. Conoció a su marido hace siete años en el camino de Santiago.

La ruta jacobea ha llenado de vida y también de espiritualidad a esta pequeña localidad porque en Hornillos del Camino todos tienen un tío, primo o hermano religioso. Es el pequeño Vaticano en Castilla y León,  pero Manuel, el cura del pueblo, no es de aquí: "Nadie es profeta en su tierra", nos dice. Todos los veranos decenas de religiosos naturales de esta zona se reunían para celebrar su día.