A tan sólo 10 kilómetros de Valladolid, se encuentra uno de los municipios con más encanto de la provincia. Su iglesia, su plaza mayor, su puente o sus calles convierten a Simancas en una villa muy singular, pero si algo diferencia a este municipio vallisoletano es su Archivo.

Surge a mediados del siglo XVI de la mano de Juan de Herrera y guarda toda la documentación producida por los organismos de gobierno de la monarquía hispánica desde la época de los reyes católicos (1475) hasta la entrada del régimen liberal (1834). En 1844 comenzó a dedicarse a la investigación.

A pesar de ser todo un emblema, son muchos los vecinos de Simancas que no han visitado su Archivo, por ello, uno de los propósitos de la última remodelación es hacerlo más accesible a los habitantes del pueblo y a todas las personas que deseen visitarlo.

Conservar y difundir el patrimonio

Los simanquinos echan de menos la antigua escalinata, una construcción de los años 50 que ha desaparecido con la última remodelación, pero aún así, todos coinciden en que el castillo es un motivo de orgullo para el pueblo.

'Ha sido un gran desconocido para mucha gente. No es fácil a nivel turístico acceder a él dado su carácter de estudio e investigación, pero se está avanzando poco a poco', señala la responsable de la oficina de Turismo de Simancas, Elena Hernández.

El director del Archivo, Eduardo Pedruelo, asegura que uno de los objetivos de este centro de alta investigación histórica "es tanto conservar el patrimonio como difundirlo". "La ampliación de los espacios dedicados a la difusión ha sido esencial. Sin duda, el Archivo de Simancas es uno de los más importantes del mundo", comenta Pedruelo.

En este mes de junio, el Archivo tiene previsto realizar una jornada de puertas abiertas para que el público pueda disfrutar de la belleza del edificio y contemplar la riqueza del interior.