Juanma García / rtvcyl.es
El último encierro de San Miguel del Arroyo, el pasado domingo, duró más de lo esperado. Uno de los toros se fue alejando de la manada y los caballistas difícilmente podían pararle.
Entonces, se produjo el devenir de los acontecimientos. Varias personas le echaron una maroma a los cuernos, hasta lograr atarle y colgarle de la pala de una máquina excavadora.
Los cientos de aficionados allí presentes comenzaron con silbidos y abucheos ante la imagen dantesca. El animal estaba sufriendo más de lo previsto y no era lo habitual. Según ha contado un videoaficionado a RTVCYL, en ningún momento de estar el astado escapado se le inyectó un dardo con somnífero como manda la legislación, y conseguir así reducirle si problema y trasladarle hasta la plaza de toros.
En cambio el alcalde del municipio afirma que se llevó a cabo el proceso completo de lanzar un tranquilizante al animal, aunque después tuvieran que atarle.
Un hecho que ha provocado la discordia entre taurinos y anti-taurinos, aunque muchos vecinos y lugareños se quedaran sin ver exactamente lo ocurrido. El suceso se producía a más de 1 kilómetro de San Miguel del Arroyo, aún en el tramo campero.
Los vecinos de San Miguel parecen estar muy tranquilos, aunque tuvieran escasa previsión y emplearan un remedio urgente.