La declaración del estado de alarma activó a la Unidad Militar de Emergencias en toda España. Se crearon para auxiliar a la población en situaciones de catástrofe, pero la pandemia supuso un reto: "Tuvimos que adaptar los procedimientos porque no sabíamos cómo actuaba el virus", explica el jefe del V Batallón de la UME, Jose Alberto Barja.

Se desplegaron más de 300 militares en pleno confinamiento desde la base de León que desinfectaron pueblos, hospitales o residencias de ancianos, días que difícilmente olvidarán. Una operación "Balmis" en la que, solo este batallón, realizaron 1.500 intervenciones en Castilla y León, Cantabria, Asturias y Galicia. En la segunda ola se formaron en labores de rastreo de contagios para apoyar a las comunidades autónomas y todavía siguen haciéndolo para que podamos alcanzar la normalidad tan deseada.