REPORTAJE | SURCOS

"Estas Navidades el precio del lechazo va a estar disparado"

El sector vive un buen momento económico, pero la falta de relevo y las duras condiciones laborales amenazan su supervivencia

Cristina Carro

El lechazo ronda los 100 euros al ganadero en Castilla y León, y todo indica que en Navidades los precios seguirán al alza. La razón es sencilla: cada vez hay menos ovejas, la oferta se reduce y los precios suben por la ley de la oferta y la demanda.

Javier López, ganadero de ovino en Montejo de Tiermes (Soria), lo explica con claridad: "Ahora mismo estamos ganando dinero. El precio está tan caro porque no hay ganaderías, no hay animales. A menos oferta, el valor sube".

Su explotación combina ganadería extensiva de ovino de raza ojalada, agricultura, trufa, apicultura y huerta. Estudió ingeniería técnica y, aunque escuchó voces que le animaban a buscar trabajo en la ciudad, tuvo claro desde el principio que lo suyo era el campo. "Ahora mismo estoy contento de la decisión y estoy feliz aquí", asegura.

Un sector rentable que necesita gente

Javier ha modernizado la explotación familiar incorporando sus conocimientos técnicos. Ha mejorado la genética de la raza ojalada, produce sus propios forrajes y aplica técnicas como la siembra directa. "Muchas cosas ya no se hacen como antes. Todo cambia y hay que estar atento a las novedades", explica.

El sector ovino vive un buen momento económico. Los ganaderos que continúan en activo están obteniendo buenos resultados gracias a la escasez de producto en el mercado. Sin embargo, según describe Javier, el problema no es la rentabilidad, sino la falta de personas dispuestas a trabajar en ganadería. "La pena es que la gente no quiera trabajar en este sector. Se considera un oficio esclavo y no hay gente que quiera dedicarse a esto".

Menos ovejas, precios más altos

La reducción del número de ganaderías extensivas está provocando escasez de corderos en el mercado, lo que presiona los precios al alza. El lechazo alcanza los 100 euros al ganadero, una cifra que se multiplica en la cadena de distribución hasta llegar al consumidor final, especialmente en fechas señaladas como la Navidad.

"Esto lleva años. Va a menos porque casi no quedan ganaderías en extensivo", advierte Javier. Desde su perspectiva, la ausencia de relevo generacional y la percepción social del trabajo ganadero como sacrificado están vaciando el campo de explotaciones, a pesar de la buena situación económica del sector.