La obra del artista Eduardo Arroyo (Madrid, 1937), un conjunto escultórico que hizo hace diez años para el casco histórico de León, ha superado este lunes el último trámite administrativo que le faltaba para su instalación, una autorización por parte de la Comisión de Patrimonio de la Junta en León.
Así, el Ayuntamiento de León podrá colocar desde el martes mismo la obra de Arroyo en el barrio de Santa Marina, junto a la muralla de León, según han dicho fuentes de la Comisión de Patrimonio.
La colocación de la obra de Arroyo no ha estado exenta de polémica ya desde sus inicios hace diez años, primero por la oposición vecinal que suscitó la colocación de dichas esculturas, y después por los trámites administrativos que ha tenido que superar.
A partir de la autorización de este lunes, estas esculturas se podrán colocar junto a la muralla de León, en una parte que se llama Puerta Moneda.
Hace tres años, se instaló la primera de las esculturas, que integraban el conjunto escultórico de Arroyo, que representaba a "Eolo" y que estuvo apunto de ser retirada ya que se colocó en la muralla sin las preceptivas autorizaciones.
Las otras esculturas que están pendientes de instalar son tres: "El unicornio", "Celda de Vanitas" y "La mosca".
Una accidentada historia
Ya en 2001, el que fuera entonces concejal de Urbanismo en León, Cecilio Vallejo, anunció que esta obra se instalaría a finales de 2002.
Tres años después el actual concejal de Urbanismo, Francisco Gutiérrez, anunció también que iba a empezar la colocación de las obras de forma inminente, pero tampoco se instalaron.
La Comisión Territorial de Patrimonio había autorizado al Ayuntamiento de León a colocar esta obra en mayo de 2009, pero faltaba un permiso, que era una solicitud de supervisión arqueológica, que es el que se ha dado este lunes, el último trámite que faltaba.
El conjunto escultórico incluye un unicornio en bronce, de cerca de una tonelada de peso, que se colocará sobre un plinto, que irá ligeramente hundido en el suelo, motivo por el que se ha tenido que pedir este permiso de supervisión arqueológica a la Junta, más que nada por si a la hora de colocarlo aparecía algún resto.
Con todo ello, y después de diez años de vaivenes, el Ayuntamiento ya puede instalar esta obra del artista, que ya hace un año y medio, en declaraciones a EFE, se mostró harto del asunto y llegó a decir que por él como si tiraban las obras al río.
Hoy en día, las esculturas, que costaron más de 600.000 euros, están pagadas por el Ayuntamiento al artista.