Jesús Rodríguez
Casi 30.000 firmas se han recogido ya para que Pepa, una joven cierva, pueda quedarse en La Vecilla, León. El animal llegó de manera casual a esta localidad leonesa y, desde que conoció a Javier, uno de sus vecinos, no se ha separado de él.
La historia comenzó en 2024, cuando Javier, que desde hace 35 años madruga cada día para abrir su bar en el pueblo, encontró una pequeña cierva entre sus ovejas. Tras bautizarla como Pepa, se creó un fuerte vínculo y el animal empezó a seguirle a todas partes.
Una relación que ahora corre peligro. Javier ha recibido una denuncia por tenencia de animal silvestre como animal de compañía, en aplicación de la normativa que prohíbe mantener animales salvajes. La denuncia procede de la Guardia Civil, aunque él insiste en que la cierva llegó por su propia voluntad y que nunca la ha retenido.
El temor ahora es que Pepa acabe en un centro de cautividad, algo que Javier quiere evitar. Su deseo es poder seguir juntos y que la cierva permanezca en el entorno donde ha vivido desde que apareció en el pueblo.
Ante esta situación, los vecinos se han movilizado y han iniciado una recogida de firmas para reclamar que Pepa pueda quedarse en La Vecilla. Una historia casi sacada de un cuento, para la que el pueblo entero pide un final feliz.