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El científico Michael Stern recibe el Premio 'Emilio Díaz Caneja' que otorga el IOBA

  • Su investigación se ha centrado en demostrar que el síndrome del ojo seco era una enfermedad
  • Stern es profesor desde el año 2000 del Master en Ciencias de la Visión de UVa

Ical / Valladolid

El científico norteamericano Michael Elliot Stern (Nueva York, 1953) ha recibido el Premio ‘Emilio Díaz Caneja’, que otorga el Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, en un acto desarrollado en el Paraninfo de la institución académica. En la lección magistral Stern repasó los trabajos e investigaciones realizados de cara a poder demostrar que el síndrome del ojo seco era una enfermedad.

Stern es profesor desde el año 2000 del Master en Ciencias de la Visión de la Universidad de Valladolid (curso de inmunología ocular) y desde 2005 del Master en Superficie Ocular, Uveítis y Cirugía Refractiva, entre otros cargos.

En su discurso sobre la patología y la terapia del síndrome de disfunción lagrimal, también denominado del ojo seco, explicó que no hace mucho tiempo esta dolencia era considerada como una serie de molestias oculares, sin formar parte de una enfermedad clara que provocaba que los pacientes fueran de una consulta a otra intentando obtener algún alivio.

De este modo, recordó que los pacientes con ojo seco no recibían ningún tratamiento y sufrían un daño ocular importante que les afectaba a su calidad visual. Esta enfermedad, hoy en día, señaló, se encuadra en los denominados ‘síndromes de dolor crónico’. Stern rememoró cuando comenzó a investigar sobre esta dolencia al entrar a trabajar en la compañía farmacéutica Allegran en 1989 para conseguir una nueva terapia. Según dijo, él había comprobado la existencia de "una intensa invasión de células inflamatorias en los tejidos mucosos" de estos pacientes, a pesar de no mostrar el enrojecimiento propio de una inflamación.

Este hecho, añadió, encontró una "considerable oposición" en la comunidad científica pero, tras varios años de investigación, se comprobó que se trataba de una enfermedad inflamatoria de la Unidad Funcional Lagrimal que, a través de una disfunción conduce a una película lagrimal "alterada e inestable" que inicia una inflamación crónica en la superficie ocular.

Todo ello llevó a que en 2002 el síndrome del ojo seco fuera finalmente aceptado como una enfermedad inflamatoria al lograrse su aprobación por la Federal Drug Administration de Estados Unidos.

Reto de futuro

El reto de futuro, al que se mostró convencido ayudará el nuevo Laboratorio de Control Ambiental del IOBA, es ahora diseñar nuevas formas de aumentar los mecanismos inmunoreguladores que protegen la superficie ocular y que, al mismo tiempo, inhiben los componentes pro-inflamatorios que inician y perpetúan la enfermedad.

Al acto de entrega del premio acudió el consejero de Educación, Juan José Mateos, quien reconoció la "gran iniciativa" del IOBA al entregar este tipo de premios a "gente muy destacada de la enseñanza y la investigación" y con una proyección sobre la investigación aplicada para las empresas. Según subrayó Mateos, el trabajo del IOBA es "muy oportuno" ya que se dedica a la Investigación, Desarrollo e innovación y que cuenta con un reconocimiento de la sociedad científica y de la educación en general. El consejero de Educación fue el encargado de clausurar el acto en el que también participaron los profesores Carlos Pastor y María Calonge Cano.

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