Isidro López Santos ha sido apartado del sacerdocio. Es la condena eclesiástica por probados abusos sexuales reiterados durante 10 años contra Javier Paz cuando éste era un niño en la parroquia de San Julián. La víctima considera, sin embargo, que esta sentencia no es suficiente y afirma que el Obispado sabía la gravedad de los hechos al menos desde el año 2011 y aún así mantuvo al sacerdote en su puesto.
Javier Paz ha mantenido reuniones con el obispado en los últimos tres años. Asegura que en ellas se le insinuó que podría recibir una indemnización a cambio de su silencio.
La víctima anuncia que va a seguir luchando hasta que la Diócesis reconozca la gravedad de unos hechos que, afirma, van mucho más allá de su caso.
El obispado se ha negado a realizar declaraciones, remitiéndose a un comunicado emitido el 4 de agosto en el que comunica la pena al sacerdote y pide perdón a sus víctimas, en plural, lo que supone el reconocimiento de que tendría constancia de más casos