Es uno de los oficios en extinción. Cada vez son menos los canteros que se dedican a tallar la piedra. Las máquinas han sustituido la mano del hombre y el sacrificio físico no atrae a las nuevas generaciones. Uno de los municipios donde todavia se lleva a cabo este trabajo es en la localidad vallisolenta de Campaspero. Hemos estado con dos canteros de dos generaciones diferentes. Sus opiniones sobre el futuro de esta profesion son completamente diversas.