Alejandro se pone la estola como cada domingo y comienza la eucaristía en la localidad burgalesa de Céspedes. Pero aquí no hay sacristía y el altar es una mesa del teleclub del pueblo. Desde el verano pasado, la iglesia se encuentra cerrada al culto. Si el tejado no se repara de inmediato podría venirse abajo. El coste para evitarlo es de 28.000 euros.

Los vecinos lamentan tener que celebrar la misa en el bar del pueblo. El cura agradece la voluntad de los vecinos y, aunque reconoce que hay muchos templos en las mismas condiciones, no pierde la esperanza de conseguir una subvención.