Hubo un tiempo en que los coches pasaron bajo el Acueducto, aunque ya es una algo irreconocible para toda una generación de segovianos, porque han pasado casi 20 años. Hubo un día en que la ciudad se vistió de gala para nombrar Hijo Predilecto de la Provincia a don Juan de Borbón, que había nacido en La Granja. Y hubo otras campañas electorales, primeras apariciones de quienes fueron después, todavía son, líderes de la política nacional.

Volver a ver a Cándido, fallecido en 1992, cortando el cochinillo con su tradicional brindis, no tiene precio. Tampoco comprobar la alegría de una ciudad que se llevó íntegro el Gordo del 2000, o que vibró cuando uno de los suyos, Perico Delgado, se hizo el dueño del Tour de Francia. Luego el fuego olímpico recorrió la provincia camino de Barcelona; el Caja Segovia se convirtió en Moscú en el mejor equipo del mundo, y un joven Rafa Nadal ganó en El Espinar el que entonces era su título más importante.