Sinopsis

En un universo tan amplio como misterioso, ha existido durante siglos una poderosa unidad de élite. Protectores de la paz y la justicia, esta unidad recibe el nombre de Cuerpo de Green Lanterns, una hermandad de guerrilleros que han jurado mantener el orden intergaláctico. Cada Green Lantern lleva un anillo que le confiere el poder de crear todo lo que su mente pueda imaginar, pero cuando un nuevo enemigo llamado Parallax amenaza con destruir el equilibrio de la energía del Universo, su destino y el de la Tierra caen en manos de su miembro más reciente, el primer humano del Cuerpo: Hal Jordan (Ryan Reynolds). Hal es un intrépido piloto de pruebas con talento y engreído, pero los Green Lantern respetan poco a los humanos, quienes nunca antes habían usado los infinitos poderes del anillo. Sin embargo, la humanidad de Hal es un arma que ningún miembro del Cuerpo había tenido nunca, y si consigue controlar sus nuevos poderes y encontrar el valor para superar sus miedos, es posible que demuestre que no sólo es el único que puede derrotar a Parallax, sino también el único que puede salvar la Tierra y a toda la humanidad de una destrucción segura.

Crítica

“¿Para qué tanto dinero? ¿Pero no había crisis? ¿En Holliwood nadie les ha informado? En fin, ¡qué despilfarro! Los efectos especiales son buenos, aunque no aportan nada nuevo y hemos visto mejores. Por favor, George Lucas, ¡DENUNCIA!”

“Como escritor vuestro que soy, os debo una explicación. Y esa explicación que os debo, os la voy a dar. Porque como escritor vuestro que soy…” Algo parecido decía mi abuelo en “Bienvenido Míster Marshall”. ¡Pues os la voy a dar!

¡Cuatro guionistas, cuatro! U séase ocho manos. Cuando hablaba de un despilfarro… Comprendo que resulte difícil sintetizar un cómic americano de los años de la tana. Actualizarlo, explicar una historia compleja en algo menos de dos horas. Que nos familiaricemos con los personajes principales sin perdernos en camino, que nos resulten entrañables e incluso que nos identifiquemos en sueños. Lo que queráis, vale.

Al final, lo que he entendido después de tanto ajetreo y tantísimo dinero invertido, es que el “Bueno” se carga al “Malo” y al final besa púdicamente a la chica. ¿No os recuerda nada? Miles de historias iguales sin tanto platillo y zambomba. ¡Cuatro guionistas invirtiendo talento, tiempo y millones para entregar tal pavada!

La manera en que se nos presenta la historia y se nos describe a los personajes es tan infantil que insulta. Aunque confieso que me he entretenido me sentí timado, porque soy buen público y me gusta el género. Nada es realista. Y aunque la ciencia-ficción apele a nuestra imaginación, los ejemplos abundan en los que, a pesar de que la acción se desarrolle en el año cuatrocientos mil después del Diluvio, nos llegamos a creer lo que ocurre en pantalla, nos sentimos parte, lo vivimos en cuerpo y alma.

¿Ejemplos? Entre los más recientes, Avatar. La saga de La Guerra de las Galaxias o las películas basadas en las novelas de Asimov o Clark entre los más notables, y un larguísimo etcétera que os ahorraré piadosamente.

Y hablando de esos genios, en la cinta hay un par de “coincidencias” que casi parecen guiños: el protagonista se llama “HAL”, igual que el robot de “2001: una odisea del espacio”. Y el actor John Merrick se llama como el personaje central de “Elephant Man”. ¿Os acordáis?

La elección del elenco es algo más que discutible. La pareja formada por Ryan Reynolds (Linterna Verde) y Blake Lively (Carol) es altamente improbable. Se nota a la legua que no se atraen y, si en la realidad fuera el caso, lo disimulan de maravilla. Además, Ryan Reynolds carece del carisma que se precisaba. Está tan lejos del malogrado y valentísimo Christopher Reeve como el planeta Tierra de la nebulosa en la que residen los Guardianes del Universo.

¿Guardianes, decía? Es un tema de moda. Prontito en León y Valladolid se ruedan otros GUARDIANES, los del TEMPLE. Me suena, creo que algo tengo que ver con ello. ¡De Cardenal me incorporo! Y no os digo si bueno o malo…

Una lección sin embargo: la voluntad lo puede todo, incluso vencer los miedos. Valor, dicen que se denomina. Y confirmo. Ese coraje cotidiano que rompe barreras y esquemas, que nos ayuda a ir más lejos.

Me encantó ver a Tim Robbins. ¡Menudo pedazo de actor! ¡Y qué carisma en pantalla! Atrae la luz y se come al que se le acerca, pobrecitos míos. Tiene siempre esa sonrisa que deslumbra. No sé, la describiría como una suerte de alegría interior, inteligente y viva. Sonrisa de sabio, entonces…

La interpretación de John Merrick es soberbia. Excelente, su transformación. Da miedo su ironía de vuelta y media.

La dirección de Martin Campbell. es, también, académica hasta cansarnos. Le falta vida, ilusión, fe en lo que estaba haciendo, a pesar de que tiene talento. ¿Quizá en otra vida o con otra peli?

¿Y esos colores histriónicos? Una pesadilla que se nos impone. Alguien se ha fumado algo, ¡que confiesen bajo la tortura!

No la calificaré. Me niego.