Además de las barreras arquitectónicas de la calle, Bonifacio tiene que lidiar con las de su propia casa. Un piso en propiedad muy pequeño en el que convive con sus cuatro hijos y su mujer. Encuentra obstáculos por todos los lados para poder moverse con su silla, problemas también a la hora de coger el ascensor. Una situación compleja, nada fácil de sobrellevar.

Por esta razón este vecino de Burgos pide a las administraciones que tengan en cuenta cada problema particular. Recuerda, no todos son iguales. Su vida pegó un giro radical hace tres años. Tras unas graves dolencias en la parte inferior del cuerpo y las extremidades tuvo que ser operado. Ya nunca más pudo volver a andar.

Y en ese camino encuentra el apoyo del Centro de Fisoterapia ASPAYM.