El número de viviendas turísticas registradas en Castilla y León ha aumentado un 6% desde que comenzó la pandemia. En las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, la crisis derivada del coronavirus las ha transformado en viviendas de alquiler tradicional. No en nuestra comunidad, donde los propietarios lo tienen claro: "Nos permite no tener que acogernos a la ley de arrendamientos urbanos. Una ley que siempre protege más al inquilino que al propietario y que, por lo tanto, genera ciertos problemas, sobre todo, con los impagos", destaca el presidente de AVAT Castilla y León, Francisco Moreno.
 
Sin embargo, sí que se ha notado que muchas de ellas han dejado de estar activas y ya no aparecen en las páginas de Internet ni en los portales especializados. Se mantienen a flote gracias a las estancias cortas o al alquiler para eventos ocasionales, aunque para que una vivienda turística sea rentable tendría que estar ocupada el 70% del año.