Este jueves está previsto que lleguen a Zamora los últimos siete menores extranjeros no acompañados procedentes de Canarias y a los que Castilla y León se ha comprometido en acoger y tutelar. El objetivo principal es garantizar su seguridad, regular su situación y enseñarles el idioma. Este grupo será el primero en recalar en un centro católico gestionado por los Menesianos.

Este será un primer paso hacia un futuro más optimista después de una travesía dura, "han vivido experiencias difíciles y  merecen una oportunidad para salir adelante", reclama Isabel Blanco, consejera de Familia, y añade que "como sociedad tenemos que estar allí tenemos que estar apoyándolos, no queda otra". Este gesto significa un punto de partida en su nueva vida que tendrá un segundo paso en el mes de septiembre cuando llegue la hora de comenzar con su formación y escolarización, como cualquier niño.