A las 11 de la noche del domingo 16 de diciembre Nuclenor desconecta el reactor de la central, tras 41 años de funcionamiento. Parón... que no tiene por qué ser definitivo. En su comunicado de prensa, Nuclenor señala que si el gobierno cambia su proyecto de medidas fiscales a las electricas, la central podría seguir funcionando.
Desde La junta de Castilla y León piden al gobierno de Rajoy que tenga en cuenta este órdago lanzado por Nuclenor. Aún se puede evitar el cierre definitivo y la pérdida de los puestos de trabajo.
También Ecologistas en Acción ha enviado un comunicado en el que afirman que el cierre es la escenificación del pulso que la industria nuclear está echando al Gobierno del PP para que no se apliquen los nuevos impuestos al sector.
De momento, esta noche la planta burgalesa dejará de estar acoplada a la red eléctrica. Tras vaciar todo el combustible, este será trasladado a una piscina de almacenamiento. Aunque se den estos pasos, si se llega a un acuerdo en los próximos días, la central podría volver a arrancar. Es la única vía para que Garoña no se apague para siempre.