Unas 106.000 personas  son atendidas  por los Servicios Sociales. Además, en cuanto a la asistencia personal, Castilla y León es la segunda comunidad autónoma que concede más prestaciones y, según nos confirma la Junta y el Ministerio, no hay lista de espera. Es decir, apenas pasa tiempo desde que a alguien se le reconoce el grado de dependencia hasta que empieza a cobrar una ayuda.

Durante la pandemia cayó un 17 por ciento la ocupación en las residencias de Castilla y León. Los ingresos quedaron prácticamente bloqueados y los reconocimientos a la dependencia se ralentizaron. "Los profesionales no podían trabajar, entonces no se podía valorar como hasta ahora se venía haciendo", nos cuenta, Diego Juez, el presidente de la Federación de Residencias de Mayores Acalerte.  Aunque la administración no se paralizó.

Patricia Gálvez, vicepresidenta Asociación Enfermedades Raras de Castilla y León asegura que durante la pandemia se ha hecho de oficio. Es decir, si tú estabas cobrando dependencia y caducaba han hecho una renovación simplemente con un papel del médico que dice que sigue siendo la situación igual.

Castilla y León lidera posiciones en la prestación por dependencia. Tanto que no hay lista de espera, aunque sí escollos burocráticos a la hora de renovar los reconocimientos a los dependientes. Un papeleo añadido del que se encargan las propias familias.